Amador Guallar, periodista de guerra, en COPE: "África tiene un vínculo puro y estrecho con la naturaleza"
Guallar nos cuenta en 'Herrera en COPE' el funcionamiento de la caza furtiva descontrolada en el continente africano, cuestión de la que habla su libro
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Una pieza de diez kilos de cuerno de rinoceronte se vende en el mercado asiático por un millón de euros. La cura del cáncer es una de las razones que hacen que este producto sea tan atractivo y con la que los furtivos justifican como están actualmente cazando más rinocerontes al año de los que están naciendo.
África tal y como la conocíamos, está desapareciendo a pasos agigantados. Su territorio salvaje está en peligro ante nuestros ojos. La caza furtiva, la desertificación y la expansión humana sin control y en rivalidad con la vida animal de gran parte de la fauna autóctona está produciendo un verdadero perjuicio para el ecosistema, testigo de lo que le estamos haciendo a las especies.
El periodista de guerra, Amador Guallar ha escrito ‘Los últimos días del África Salvaje’, un libro con el que nos ha podido relatar la dureza de la situación en ‘Herrera en COPE’, con el que pretende dar acceso al concepto de bienestar animal y de conservación de especies a una sociedad que usa a los animales.
Para este periodista, África tiene un vínculo estrecho y puro con la naturaleza. Algo que el autor considera ‘reconstituyente’ para todo ser humano que se atreva a saber más sobre la cuna de la civilización. Desde unidades paramilitares privadas controlando al cazador furtivo, pasando por los misterios de la caza de animales con pocos ejemplares esparcidos por todo el mundo, animales nacidos para ser libres muriendo de pena en jaulas o cercados en safaris comerciales que falsean la realidad y maquillan el cautiverio animal.
“Uno se da cuenta que hay algo más detrás de esos animales. No solamente son un ser inanimado. Lo que yo he aprendido del elefante durante estos viajes y en este libro a mí me ha dejado anonadado. Sobre todo, porque el elefante y el ser humano se parecen más que el simio y el ser humano. Los animales lloran, juegan… y es ahí cuando te das cuenta del mucho dolor que les causamos”. Un alegato que no solo habla de la conservación de especies y los peligros que supone esta falta de consciencia sobre el futuro incierto del ecosistema, un libro que habla de “ese algo más allá de nuestro propio cuerpo humano”.