La canción en la que Lorenzo Santamaría no confiaba y se convirtió en número 1: “Era muy blandengue”
El artista está preparando una gira de despedida por España y América
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Un disco y una gira de despedida con las 25 canciones más emblemáticas de su carrera es lo que tiene pensado hacer Lorenzo Santamaría en los próximos meses para decir adiós a los escenarios “ahora que estoy bien y en forma”, confiesa el cantante en ‘Herrera en COPE’.
Quien iniciara su carrera artística como rockero con su grupo Z-66 a finales de los años 60 dio un cambio de rumbo a principios de los 70 cuando decidió continuar en el mundo de la música como solitas. Y, precisamente, fue en ese momento cuando llegaron sus mayores éxitos.
La balada que llegó a ser número 1
Al igual que les ha ocurrido a otros artistas a lo largo de su carrera, lo mismo le pasó a Lorenzo Santamaría con una de las canciones que le habían escrito y en la que él no confiaba, “no me acaba de gustar, la veía muy blandengue” dice Santamaría cuando recuerda cómo llegó esa balada a su vida. “Yo al principio iba de rockero… y se alejaba un poco de mi forma de ver el tema”.
Habla Lorenzo de ‘Para que no me olvides’ cuyo autor es Ray Girado (Rafael Gil) “directivo de EMI que tenía una facilidad de componer brutal”. Y fue precisamente Ray quien le llamó “cuando estaba ensayando con mi grupo en Castelldefels y me dijo que la canción estaba subiendo al número 1”.
Aunque, señala el artista que “hacía medio año que la canción estaba grabada y tardó muchos meses en llegar al número 1” por lo que concluye de esa tardanza en lograr el éxito que “se ve que la gente necesitaba asimilarla”.
De Roselló a Santamaría
¿Por qué cambio Lorenzo su apellido y quién fue el impulsor de su nombre artístico? Un misterio que le ha desvelado a Herrera: “Fue un locutor de radio de Mallorca, Miguel Soler”.
Recuerda el artista que “era una persona que descubría a la gente ya que en los años 60 todos los grupos tocábamos en directo en la radio, y Miguel cuando escuchaba a alguien que le gustaba lo proponía a la compañía de discos y así fue”.
Y la decisión de cambiar el apellido para su nombre artístico fue porque “pensó que Roselló no era comercial y me aconsejaron que me pusiera el nombre de mi pueblo, Santamaría”