David Saavedra, en ‘Herrera en COPE’: “No es que yo me haya arrepentido de repente, sigo en el proceso”
Fue miembro de formaciones neonazis durante veinte años, pero hace cinco empezó a darse cuenta de que la radicalización le estaba llevando al borde del precipicio

David Saavedra, en ‘Herrera en COPE’: “No es que yo me haya arrepentido de repente, sigo en el proceso”
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El ahora instructor del Ejército ha publicado “Memorias de un exnazi: 20 años en la ultraderecha española”, el libro donde cuenta sus vivencias dentro de organizaciones de extrema derecha y cómo consiguió salir.
Cuando tenía quince años vio de casualidad un documental de Hitler y le impresionó su capacidad de mover masas. Con curiosidad adolescente, empezó a investigar sobre la Segunda Guerra Mundial y el imponente ejército alemán. Este interés terminó por llevarle a relacionarse con miembros de grupos radicales. Intentó convencer a su círculo cercano de que todo lo que sabían era mentira: “Uno adquiere la certeza de que ha encontrado la verdad absoluta, y una vez asumes esto, de lo que se trata es de hacer despertar a los demás”.
Ante el rechazo de su familia, se aisló en grupos cerrados donde jóvenes con la misma ideología se retroalimentaban y hacían acciones de propaganda, revistas, páginas web… El diario ‘La Voz de Galicia’ publicó un artículo sobre el grupo en el que él participaba, acusándoles de estar relacionados con proxenetismo y tráfico de armas. Uno de los militantes le dijo: “Si mienten sobre nosotros, imagínate sobre cosas grandes como el Holocausto”, ahí cruzó la línea roja y se convenció por completo de la doctrina neonazi. Llegó incluso a reclutar jóvenes para que militasen en su causa y a planear atentados.
Un amigo ajeno al círculo radical le recomendó un libro sobre El Capital de Marx. Esa obra fue clave para que se diese cuenta de que no todo lo que había leído era necesariamente cierto y que lo que él concebía como marxismo no coincidía con la realidad: “Cuando estás radicalizado solo lees aquello que coincide con lo que tú piensas”. Empezó a interesarse por lecturas que no eran del gusto de sus “camaradas”, lo que provocó recelo dentro de su propio grupo, pero consiguió salir de esa “burbuja” y continúa trabajando para deconstruir lo que durante años fue su única verdad.
“No es que yo me haya arrepentido de repente, no funciona así, cuando te desradicalizas es progresivo. Yo sigo en el proceso, a mí me siguen emocionando discursos de Hitler. Es instintivo, pero soy capaz de reflexionar y modificar ese comportamiento”. Le pide al futuro seguir reaprendiendo y desprogramar su mente conspirativa para poder ayudar a personas que se encuentren en la situación que vivió durante veinte años. Su consejo para los padres de jóvenes radicalizados: “Perseguir a los hijos empuja a una radicalización mayor, hay que reflexionar con ellos”.