Una experta en tasar joyas: "Están empezando a venir autónomos que necesitan pagar el recibo de la luz"

En 'Herrera en COPE' hablamos con María Pascua Bustamante, gemóloga especializada en diamantes, que trabajaba como tasadora de joyas en las subastas de los Montes de Piedad

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Entrevista a María Pascua Bustamante, gemóloga especializada en diamantes

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Seguro que todos tenemos en nuestras familias algún objeto que ha pasado de generación en generación y al que tenemos un especial apego: el reloj del abuelo, la pulsera de oro y brillantes de nuestra bisabuela, las alianzas de nuestros padres... Objetos que forman parte de nuestra pequeña e insignificante historia y que, en momentos de crisis económica como el actual, se pueden convertir en nuestro salvavidas. No es fácil tomar la decisión de empeñar alguno de nuestros recuerdos pero, en algunas ocasiones, son la única forma de salir adelante. Así nos lo cuenta Aida a 'Herrera en COPE': "Es muy difícil desprenderte de cosas que llevan generaciones en tu familia. Creo que estos sitios funcionan por la idea de que los puedes recuperar. Ahora mismo, si te soy sincera, no puedo, pero tengo la esperanza de que algún día sí". Primero la pandemia y, ahora, una inflación disparada han hecho que muchos ciudadanos se hayan visto obligados a acudir los Montes de Piedad para empeñar sus objetos de valor y conseguir así llegar un crédito rápido y a unos intereses más bajos.

Pues mira en España quedan unos 20 Montes de Piedad, todos adscritos a alguna caja de ahorro. El pasado año concedieron cerca de 250.0000 préstamos por un valor de 104 millones de euros. Son datos de la Confederación Española de Cajas de Ahorro que confirma, además, que en la mayoría de los casos son pequeños empeños: el importe medio de los créditos ronda los 400 euros. Los Montes de Piedad llevan más de tres siglos funcionando en España. Desde su nacimiento, han sido una alternativa para quienes necesitan un préstamo inmediato empeñando joyas o piedras preciosas que dejan en depósito y que pueden recuperar en un plazo determinado, normalmente un año. La garantía que ofrecen esas entidades es uno de sus mayores atractivos pero también los intereses que dan y que no superan el 10%. Cuanto peor es el contexto económico mayor es la actividad de los Montes de Piedad, pero estas entidades siempre han estado ahí porque son un canal más de crédito.

Devolución del préstamo y recuperación de joyas

En los Montes de Piedad te pueden conceder un crédito en apenas 10 minutos. Y es que un empeño no es más que un préstamo “avalado” por un bien que funciona como una garantía de devolución de la deuda, y que a muchas personas les está ayudando ahora a pagar las facturas de la luz y del gas. Y te preguntarás. ¿Qué ocurre si no puedes devolver el préstamo? El plazo que se fija es de un año y se puede renovar por el mismo periodo de tiempo de forma recurrente. Es el caso de Puri: acudió a los Montes de Piedad porque atravesaba una complicada situación económica que aún sufre y no sabe si logrará recuperar sus joyas. En el 97% de los casos los clientes saldan el préstamo y recuperan las joyas que habían empeñado pero si esto no ocurre los Montes de Piedad sacan a subasta pública las joyas que no han podido ser rescatadas. María Pascua Bustamante es gemóloga especializada en diamantes y ha trabajado como tasadora de joyas en las subastas de los Montes de Piedad, ha explicado en 'Herrera en COPE' si han aumentado los empeños con la pandemia: "Sí que se está notando en que, sobre todo, ha desaparecido gente que eran clientes habituales. Respecto a las crisis anteriores, se han quedado sin sus joyas o las han vendido en la subasta, o que no las han podido recuperar y han salido a subasta. También se nota que viene gente nueva, nuevos clientes. Sobre todo están empezando a venir autónomos, pequeñas empresas que necesitan pagar el recibo de la luz que se les ha triplicado", contaba María.

¿Cuáles son las joyas que más se empeñan?

"La gente del día a día que tiene sus cadenas, sus cadenas de cordón, sus medallas, pulseras... cosas que han heredado a lo mejor de su gente, porque la gente usa menos joyas, se va más por la tecnología. Hoy no se quiere que le regales a alguien un reloj", explicaba. "A la hora que alguno necesite dinero por cualquier cosa, si lleva bisutería no le van a dar nada", contaba, añadiendo que se compran ahora menos joyas y que, "no hay ventas como había antes y no se espera que haya de aquí en adelante". "No es lo mismo que quieras vender a que vayas a comprar. Siempre está el valor residual de piedras y de metal, eso siempre va a estar ahí. Lo que pasa que cuando tú vas a vender o quieres vender, ahí no se incluye ni la mano de obra ni la anchura, todo ese tipo de cosas desaparecen a la hora de valorar ese tipo de piezas, y se va a un valor del mercado secundario, joyas de segunda mano", argumentaba.

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