Huertos urbanos, supermercados cooperativos o compraventa de ropa: las alternativas para ahorrar
Emilio Lázaro, fundador y socio de un supermercado cooperativo, analiza una de las alternativas que permite ahorrar al ciudadano: "De media estamos un 20% más baratos"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Este jueves hemos conocido que, este mes de septiembre, los precios nos han dado una pequeña tregua: según el dato adelantado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el IPC bajó seis décimas respecto a agosto y deja la inflación en el 9%. Un descenso que se debe, entre otras cosas, al fin de la temporada estival y al abaratamiento del transporte. Sin embargo, el dato también refleja que ha caído el consumo, que compramos menos porque no llega para todo. Y es que en el súper llenar un carro es casi una osadía. Los ciudadanos tienen que hacer equilibrios para llegar a fin de mes y se afanan en buscar fórmulas que les permitan cuadrar el presupuesto. En 'Herrera en COPE' hemos hablado de tres de ellas: los huertos urbanos, los supermercados cooperativos y la compraventa de ropa de segunda mano.
Huertos Urbanos
Mientras llegan esas bajadas de impuestos -que ya están adelantado muchos gobiernos autonómicos-, los españoles se han lanzado a la agricultura urbana. Los precios de la alimentación han subido un 15% y cada vez hay más ciudadanos que se apuntan a los huertos municipales. Es una tendencia al alza desde hace años, sobre todo en grandes núcleos urbanos como Madrid, Barcelona o Valencia. Desde hace tiempo, los ayuntamientos de los distintos municipios ofrecen suelo público a sus ciudadanos para cultivar algunos productos. ¿Que ocurre? Que la demanda es tan alta que hay lista de espera, lo que ha llevado a muchos particulares a alquilar sus tierras por parcelas. Huertos privados, huertos municipales y también huertos asociativos. En muchos lugares de nuestra geografía, las asociaciones de vecinos han pasado de organizar las fiestas y los actos culturales del barrio, a convertirse en una especie de comunidad de agricultores. Incluso, hay hasta mini huertos para poner en las terrazas. Pero, sea más grande o más pequeño, hay que tener mano para cultivar tus propios alimentos.
Supermercados cooperativos
Sin embargo, hay otra alternativa que son los supermercados cooperativos. Esta iniciativa surgió en Brooklyn, en Nueva York, y se ha ido extendiendo a otras grandes ciudades como París, Barcelona o Madrid. El objetivo de estos supermercados es pagar un precio justo por los productos y reducir la huella de carbono. Pero, ahora, también se ven como una forma de ahorrar. Emilio Lázaro es uno los fundadores y también socio de Biolíbere, un supermercado cooperativo en el sur de Madrid: "Funcionan por el trabajo que hacemos, dos horas mensuales, de los propios socios. Además tenemos personas que trabajan a nivel profesional. La idea es ofertar productos sanos y libres de tóxicos, ecológicos, y la cercanía y el precio justo, para intentar hacer toda la cesta de la compra completa. Esa es la filosofía. Por eso nos hemos asociado. Son proyectos democráticos, la propia gestión la hacemos los propios socios, y evidentemente somos los propietarios", explicaba Emilio, añadiendo que este tipo de supermercados cooperativos "están abiertos al público en general, es decir, cualquier persona que no sea socia puede venir a comprar". Sin embargo, si no eres socio, el precio va a estar más elevado.
El fundandor de este supermercado ha detallado cómo tiene que ser la persona que entre como socio: "El perfil socioeconómico es más bien bajo, pero en general hay gente de todo tipo. Hay familias completas que vienen aquí a hacer su compra, tenemos gente incluso que está en situación de parado, gente mayor que está jubilada y también tenemos gente joven". "Hemos hecho una comparativa con las grandes superficies que tenemos aquí alrededor, de los 10 productos más vendidos, y nosotros estamos de media un 20% más bajo que las grandes superficies", analizaba. La finalidad que tienen es alejarse del "concepto gourmet, base a que a veces lo ecológico se ha asociado a eso, para acercanos a personas que realmente piensen que es un poco más caro, pero que al final sepan valorar la diferencia del producto, tanto para su salud como para el medio ambiente", zanjaba Emilio.
Compraventa de ropa de segunda mano
Y, la tercera alternativa para hacer frente a la subida de los precios, no podía ser otra que la compraventa de artículos de segunda mano. Hacen años que están en auge y estos últimos meses no dan a basto, pero no con las ventas, sino con la gente que se ofrece para vender sus prendas. En las ventas, sin embargo, no les va tan bien. Han tenido que subir los precios por el incremento de los precios del transporte y de la luz y sus clientes se lo piensan dos veces antes de comprarse algo, aunque sea de segunda mano. Tampoco la ropa de segunda mano se libra de la subida de los precios que, aunque este mes de septiembre nos han dado un respiro, siguen por las nubes y la situación internacional no pinta nada bien, por lo que habrá que seguir buscando soluciones.