Javier Prades, rector de la Universidad San Dámaso: "Benedicto XVI era el hombre de la libertad del espíritu"
Elegido por Ratzinger miembro de la Comisión Teológica Internacional, Prades ha recordado su figura en 'Herrera en COPE': "Abre una nueva cultura en la lucha contra los abusos"
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Javier Prades, rector de la Universidad San Dámaso, ha sido entrevistado este lunes, 2 de enero, en el programa 'Herrera en COPE' para reflexionar sobre la figura de Benedicto XVI, fallecido el pasado sábado a los 95 años. Benedicto XVI eligió a Javier Prades como Miembro de la Comisión Teológica Internacional, donde trabajan una treintena de eminentes teólogos.
Preguntado sobre el trabajo de Ratzinger para matrimoniar la fe y la razón, Prades ha asegurado que “es una de las características de su trabajo como teólogo y pensador, y desde luego después como Papa”.
“Parece que la fe se ocupa de un mundo irreal, distinto y lejano, y, en cambio, la razón se ocupa de algo real. Uno de los grandes esfuerzos y méritos de este pensador y papa es ayudarnos a comprender que el hombre se mide con la razón para entender la realidad, y que la fe cristiana es un modo, iluminado por la gracia de Dios, de conocer lo real como es hasta el fondo, con todo su misterio”, ha explicado el rector de la Universidad San Dámaso.
Para Prades, “Ratzinger valora continuamente la gran intuición que Dios es lo más real que hay y si es real, el hombre con su razón puede ir conociéndolo y adentrarse en Él. Es una de las grandes aportaciones de sus libros, de sus escritos y de sus encuentros con pensadores de todo tipo, tanto en el Occidente secular tanto en otros ámbitos de las culturas y de las religiones”. Otra característica de la vida y del trabajo de Ratzinger fue su lucha contra el relativismo moral, pero, ¿qué entendemos por relativismo moral o ético y cómo se posicionó Ratzinger?
“Podemos considerar el relativismo, una posición que considera imposible reconocer una verdad compartida por todos. Habría tantas verdades como cabezas y por eso había solamente opiniones. No se podría encontrar una coincidencia, un acuerdo en torno a cualquier cuestión de la vida, porque todos los modos de conocer serían en el fondo opiniones”, ha explicado Prades
Lo que hace Ratzinger como cardenal, y después como papa, es “ayudarnos a reconocer que también en el ámbito de la experiencia humana podemos compartir verdades morales, antropológicas y sociales, sin las cuales la convivencia y el entendimiento y la felicidad última de la vida o son imposibles o muy difíciles”.
Durante su vida, Benedicto XVI se enfrentó a dos desafíos gobernando la Iglesia que le afectaron profundamente y contra los que desde luego se empleó con dureza: uno los casos de los escándalos sexuales en el seno de la iglesia y otro esa eterna imagen del poder oscuro de la Curia y el manejo del dinero en la Iglesia.
Preguntado por Carlos Herrera sobre cómo manejó Ratzinger estos dos temas, Prades ha destacado que, sobre los abusos, “que es una cuestión muy grave y muy seria, es un ejemplo claro de que sobre ciertas cosas no aceptamos el relativismo moral porque todas son opiniones hasta que te encuentras con los abusos a los niños o sobre ciertas prácticas de otras culturas como puede ser la poligamia por ejemplo”.
“Es el primero que inaugura una nueva cultura en la forma en el que hay que afrontar los abusos, poniendo en el primer plano a las víctimas. Este es un cambio que hoy en día ha entrado en la vida de la Iglesia y de allí no hay vuelta atrás, y por el esfuerzo y las resistencias que ya conocía como Prefecto de la Doctrina de la Fe, como Papa tomó las primeras grandes medidas que luego el Papa Francisco ha prolongado”, ha subrayado Prades.
Y también en la cuestión económica, “se puede ver de nuevo el esfuerzo que todo lo que se propone como ideal y mensaje, sea también un criterio de gobierno para dentro de las instituciones de la iglesia”.
Benedicto XVI viajó tres veces a España, pero Juan Prades ha querido recordar además una visita que hizo a Madrid cuando era cardenal y Prefecto de la Doctrina de la Fe: “En el año 2000 le habíamos invitado en la Universidad de San Dámaso para un Congreso sobre fe y razón, y decidimos alquilar el Palacio de Congresos del Bernabéu, quizás en un gesto optimista para un teólogo que va a hablar de cosas de especialistas”.
Sin embargo, Javier Prades recuerda que “aquel día el Palacio de Congreso estaba a rebosar y quedaron fuera mil personas. Ese día fue la primera vez que pudimos comprender que no era solamente un erudito o un intelectual, sino que hablaba de algo tan real que interesaba a todos. A partir de esa experiencia de esa experiencia te das cuenta de que es un hombre referente, que cuando habla de Dios te hace pensar en algo real y verdadero”.
“Y cuando vino a Madrid para la JMJ fue un esplendor, de esta forma de cautivar que no siendo un hombre dotado para las muchedumbres porque no era su sensibilidad, verdaderamente hacía mirar a Dios como alguien real. Ese es el gran testimonio y la gran aportación de este Papa que es excepcional en la historia”, ha recordado el rector de la Universidad San Dámaso.
Tras la muerte de Benedicto XVI, ya se habla de una posible renuncia de Francisco. ¿Puede llegar a ocurrir si él ve que no se encuentra con fuerza? “Yo creo que el Papa Benedicto ha hecho un gesto revolucionario porque ha interrumpido una tradición de más de 600 años y eso significa de nuevo una libertad y una osadía que a veces quedan tapadas porque parecía que Ratzinger era el hombre de la rigidez y del control y del orden, y en realidad es el hombre de la libertad del espíritu. Son gestos que te hacen reconocer que real y grande tiene que ser Dios para que un hombre deje verdaderamente todo y se encomiende a Él. Si Dios no fuera real, el gesto de Benedicto era absurdo. Siendo Dios real, nos ha abierto un camino a todos”, ha dicho Juan Prades en la entrevista con Carlos Herrera.