Juan Vicente del Álamo, la historia de supervivencia de la única persona trasplantada tres veces de corazón
La tercera de las operaciones vivió un momento delicado que pudo costarle la vida
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Juan Vicente del Álamo es el único hombre que ha sido trasplantado tres veces de corazón, una historia de supervivencia que empezó cuando tenía 18 años por una lesión de menisco.
Por aquel entonces Juanvi, gran deportista, jugaba al fútbol y por esa lesión “tuvieron que hacer un reconocimiento ante de la operación” nos cuenta en ‘Herrera en COPE’ “en la que descubrieron que mi corazón no funcionaba de la manera que tenía que hacerlo para un chaval de mie edad”.
Y así fue como “el menisco roto me salvó la vida” asegura Del Álamo porque de no haber sido así “pude haber tenido una muerte súbita en cualquier momento”.
Así, en el año 1990, seis años después de que se practicara en España el primer trasplante de corazón, Juanvi recibió su nuevo y el primero de los tres de sus corazones trasplantados en la Clínica de Navarra.
13 AÑOS DESPUÉS NECESITÓ UN SEGUNDO CORAZÓN
13 años pasaron desde aquella intervención, cuando le detectaron que “se me habían estropeado las tres coronarias y el doctor Rábago me comentó que antes de operar las coronarias prefería ir a por el corazón entero porque era más factible y mejor para mí”, nos cuenta Juanvi. Un segundo trasplante que de nuevo salió bien.
EL TERCERO Y ÚLTIMO DE SUS CORAZONES CASI LE CUESTA VIDA
Con dos corazones nuevos, la salud de Juanvi empieza a empeorar debido a los anticuerpos que había generado su cuerpo. Una crítica situación antes del tercer trasplante “porque antes de operarme tenían que bajar esos anticuerpos realizándome lavados de sangre y muchas cosas más para poder meterme en la lista de espera para un tercer trasplante”, detalla Del Álamo.
Días difíciles para nuestro protagonista y su familia, días en los que Juan confiesa que “me encerraba en el baño a llorar para que no me viera mi familia, porque veía que me iba”. Sin embargo, como buen deportista que ha sido siempre asegura que “no he tirado nunca la toalla” y fue cuando su hija pequeña le anunció que se casaba cuando pensó que “mi hija se va a casar ¿y no va a tener padre? Tenía que seguir adelante”.
Finalmente, a Juanvi le llegó ese tercer y último corazón. Sin embargo, una neumonía tras la operación puso a todos en vila pues su vida corría serio peligro, tanto que “el médicos avisó a mi familia de que lo único que se podía hacer era rezar”.
Esa misma noche, “una noche triste, en la que me encontraba muy mal, sentía que me moría, pero vi unas imágenes y a partir de ahí empecé a mejorar”, con el asombro del doctor Rábago cuando a la mañana siguiente fue a visitarlo y descubrió su mejoría.