Luis del Val: "Las autonomías quieren más competencias, pero al final tienen que llamar a la UME"

El periodista analiza este martes la gestión de la gota fría que ha arrasado parte del país y ha provocado seis víctimas mortales

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Luis del Val: "Las autonomías quieren más competencias, pero al final tienen que llamar a la UME"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Ningún consejero autonómico, ningún ministro, ningún diputado provincial, ningún concejal de Seguridad Ciudadana es responsable de la gota fría que se ha llevado siete vidas humanas y ha destrozado campos y casas. Ninguno. Ahora bien, convendrán conmigo en que este es un país donde, como predominan el sol y las moscas, vivimos como si nunca fuera a llover o nunca fuera a bajar el termómetro de los quince grados.

Entras en el restaurante más modesto de Alemania y puedes contemplar una oferta adecuada de perchas para colgar abrigos, parkas, gabardinas o lo que lleves sobre el resto de la ropa. Entras en un restaurante español y, o bien es de varios tenedores y tiene servicio de guardarropa o bien ya sabes que tendrás que doblar el abrigo sobre el respaldo de la silla o ponerlo encima de otros tres porque el dueño del restaurante piensa que el verano en España dura doce meses al año. 

Con la lluvia sucede algo parecido. Repito: la gota fría es una excepción, pero Ecologistas en Acción de Madrid, por ejemplo, informa que más de 25.000 madrileños están expuestos a los daños de unas inundaciones, sin necesidad de que venga otra gota fría. Simplemente, se producirán inundaciones tras una lluvia copiosa. ¿Y por qué sucede esto? Porque hemos construido viviendas en ramblas y rieras, creyendo, como creen los dueños de los restaurantes modestos, que aquí no llueve nunca ni hace frío jamás.

Añádanse a ello que la limpieza del alcantarillado es algo que no se ve. Los ayuntamiento reponen enseguida las bombillas del alumbrado, antes de que se quejen los vecinos, pero suelen ser más perezosos en la investigación del embozamiento de los desagües porque es algo que nunca salta a la vista, a pesar de que cualquier peatón, de paseo por su ciudad o su pueblo, puede comprobar, al final del verano, la gran cantidad de tierra, hierbajos, papeles y basuras que pueden verse a través de las rejillas de los drenajes urbanos.

Cuando la lluvia arrastra esos desperdicios, sumados a oteros muchos, se produce tapones que contribuyen a las inundaciones más leves. Repito: ningún político es responsable de la gota fría, pero el alcantarillado es muy antiguo, lo pusieron en práctica los romanos, seiscientos años antes del nacimiento de Cristo, y exportaron la técnica a Hispania, cuando se asentaron aquí.

No es solo la gota fría. Hasta no hace mucho, en Alicante, caían cuatro gotas y se inundaba la Rambla, hasta que un alcalde, Díaz Alperi, ensanchó el alcantarillado, lo limpió periódicamente y terminaron las inundaciones. Dar licencia de obras en lugares donde el agua por razones físicas debe transitar, o pensar que el sistema de drenaje de una ciudad se limpia solo, es contribuir a agravar los problemas del exceso de lluvia. Y que, en Orihuela, hayan estado algunas personas cuatro días sin pan, significa que tantas direcciones de protección civil, municipales, provinciales y autonómicas, dan trabajo burocrático a bastante personas, pero no parecen muy eficaces.

Las autonomías quieren más competencias, pero, al final, tienen que llamar a la Unidad Militar de Emergencias. Y nunca aprendemos, y eso que nos cuesta, además de daños materiales, la irreemplazable vida de varias personas. 

Herrera en COPE

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Con Carlos Herrera

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