El oyente de Carlos Herrera que cuenta, atónito, lo que hacía el profesor de su hijo en clase: “Lo denuncié”

Volvemos el lunes con muchas ganas, ganas de acompañaros y pasar un buen rato conociendo todas vuestras experiencias.

Por eso, aprovechamos esta ‘hora de los fósforos’ de ‘Herrera en COPE’ para conoceos mejor y saber lo que os gusta y lo que no. Como es el caso de saber de los olores, los que os gustan y los que detestáis; y, sobre todo cuán de limpios y aseados sois o conocer aquellas experiencias con gente que rehúsa de asearse.

Nos habla María Isabel de su médico de cabecera “magnífico” dice, pero eso sí a la hora en que se acercaba para auscultarle recuerda “el olor a cebolla” que echaba el médico.

José Andrés recuerda que a principios de los años 80 estaba en Melilla en La Legión y allí coincidió con un hombre con quien convivió alrededor de año y medio “y pasó por la ducha tres veces” nos dice. Además, tampoco se lavaba la ropa lo que le costó que alguna vez “se llevara un cachete de los oficiales por cerdo".

EL PROFESOR QUE ‘ENSEÑA’ MÁS DE LO QUE DEBÍA

Daniel nos cuenta la historia del profesor de su hijo cuando tenía seis años. “Aparte de sucio, de ir despeinado todos los días e incluso llevar la chaqueta o rebeca del revés; en algunas ocasiones, se quitaba los zapatos y calcetines y ponía los pies sobre la mesa para cortarse las uñas delante de sus alumnos”. Pero hay más, porque también llevaba a cabo “malas gestiones con los niños” por lo que a Daniel no le quedó más remedio que denunciar al profesor de su hijo.

El viaje que Begoña hizo con cuatro de sus amigas a Londres lo recordará toda la vida por lo que hizo una de ellas. Nos cuenta Begoña que “durante los 15 días no se duchó y apenas se cambiaba la ropa”.

UNA CELEBRACIÓN DE LA CHAMPIONS PASADA POR AGUA…

Juan, que tiene un negocio de hostelería en Palma recuerda una noche de Champions en la que ganó el Real Madrid. En el bar estaban todos celebrando la victoria hasta que llegó un hombre con una camiseta del equipo mientras todos los que estaban allí le abrían camino conforme pasaba a su lado. Extrañado por lo que ocurría, Juan pregunta a sus clientes por lo que pasaba y le decían “es que huele mal”. El dueño del bar decidió hablar con este hombre para comentarle lo que pasaba y éste decidió irse a casa para darse una ducha y perfumarse y volver al bar limpito.

El olor que no soporta Manuel es el de “los camiones que pasan cargados de cerdos”

LA PEOR CLASE DE INGLÉS

Y, por último, Eva recuerda las veces que iba a clases de inglés a casa de una profesora nativa cuyo olor era “nauseabundo, olía a perro”