El primer sonido del día de Carlos Herrera: el contraste del discurso de Felipe VI y Francina Armengol

Carlos Herrera repasa los principales titulares que marcarán la actualidad de este miércoles 29 de noviembre

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Escucha el análisis de Carlos Herrera a las 06:00 en Herrera en COPE del jueves 30 de noviembre

Redacción Herrera en COPE

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Carlos Herrera, director y presentador de 'Herrera en COPE', comienza el programa de este jueves analizando las principales claves de la jornada que pasan, entre otras cosas, por el contraste del discurso de Felipe VI y Francina Armengol.

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El discurso del Rey en la Cortes

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"Ha muerto Henry Kissinger. Los más viejos del lugar le recordarán, porque tuvo un protagonismo extraordinario en la política internacional y en la política interna de Estados Unidos y también de alguna manera en la política española de la Transición con el apoyo manifiesto que Henry Kissinger realizó como un importante consejero, si fuera necesario con mucha prudencia, para el Rey Juan Carlos. Este hombre ha durado más que un escalón, porque ha muerto a los 100 años y no fue presidente de Estados Unidos porque nació en Alemania, si hubiera nacido en una base estadounidense en Alemania, pues a lo mejor sí".

"Este llegó muy joven a los Estados Unidos y fue responsable a lo largo de su carrera de varias cosas. La distensión con la Unión Soviética, desde luego, la apertura al mundo de China, la famosa diplomacia del ping pong y luego además fundamentalmente para que Estados Unidos saliera de Vietnam. Con una vida tan larga, tiene zonas oscuras inevitablemente. La doctrina del patio trasero con Iberoamérica, aquellos movimientos para poner y quitar gobiernos, provocando en esa región una violencia por todos conocida".

"Y luego, como les digo, el tutelaje que de alguna manera realizó la administración norteamericana de Nixon y Kissinger esencialmente de la Transición española. Visitó España con Nixon, acuérdese de aquella recepción que se le hizo a Nixon plenipotenciaria. Él iba saludando por la Gran Vía con los dos brazos abiertos como si estuviera aparcando aviones y Franco al lado levantando un poquito la mano, que es para lo que le daba ya la fuerza. Tanto es así y estaban tan agotados que cuando llegaron al Palacio del Pardo que Kissinger y Franco se quedaron traspuestos, se dieron un cabezazo".

"Fue Gregorio López, qué buen ministro, espléndido, de Exteriores en España, el que se ve el que mantuvo la conversación con Nixon durante un rato. Los otros dos, ya les digo, con cabezazo gordo. Ahí están las fotos del momento".

"Hoy evidentemente de lo que hay que hablar es de la apertura de la legislatura en el Congreso de los Diputados. Con el numerito de los de siempre, con su ausencia y dos discursos donde se vio claramente el contraste entre unos y otros. El discurso de la presidenta del Congreso todos lo sectario y simple que se espera de Paquita Armengol, una parlanchina del PSOE que ignora que su cargo es un cargo de neutralidad, pero que esbozó una intervención llena de esculticia, qué más parecía el mitin del PSOE que otra cosa".

"Lógicamente, si tú le hablas solo a la mitad del Congreso, te aplaude solo la mitad del Congreso. Ese fue el contraste con el rey. El rey estuvo impecable, dentro de lo que le dejan, cada palabra es una palabra, como lo decía ayer, escrita con el robot Da Vinci, hacía falta de precisión quirúrgica y lo que hizo fue lo correcto, que es hacer llamamientos de futuro. Con una sesión casi fúnebre, pero con un discurso sobrio del rey, encontraste con la vacuna Armengol. El contraste era hasta absolutamente doloroso".

"El Congreso es donde se debería debatir el futuro de España, que en realidad se negocia en Suiza secretamente, siendo eso una cosa que indudablemente pesará como una losa en la historia del PSOE de la que no se podrán librar jamás y, seguramente, aún veremos cosas peores".

"Pero las palabras del rey sí que me gustaría destacarlas, porque, en cualquier otra circunstancia, me hubieran parecido lugares comunes sin más importancia. Porque ahora mismo el Congreso está siendo desplazado por reuniones clandestinas en el exterior y, en vez de unidad, lo que hay es un presidente que solo va al Congreso a presumir de levantar un muro contra la mitad del país. Al rey se le apreciaba lo que se le podía apreciar. Ayer ese discurso lo había revisado Moncloa de arriba abajo, no hubiera consentido una sola expresión salida".