"Algo Salvaje", la historia de Miguel Vargas "Bambino" en 'Radio Carlitos'

Paco Ortíz ha dirigido esta película para rendir homenaje al rey de la rumba "todo un personaje de culto", el más vendido en las gasolineras

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Miguel Vargas Jiménez era el tercer hijo del matrimonio gitano formado por Manuel Vargas Torres "Chamona", y Francisca Jiménez Ramírez "Frasquita".

Cogió su alias de la canción italiana "Bambino Piccolino" de Renato Carosone que el de Utrera cantaba por rumba. Tenía un estilo propio, sus cintas eran las más vendidas en las gasolineras en un tiempo en el que los coches llevaban radio cassete, triunfó en Madrid, Sevilla y Barcelona, pero decidió volver a su pueblo donde viviría los últimos años de su vida.

Con "Algo Salvaje", el director Paco Ortíz ha querido "rescatar una figura de culto; su sombra es alargada y hemos podido sacar adelante este proyecto para hablar de la persona, de Miguel Vargas".

En 'Radio Carlitos', Paco Ortiz ha destacado la personalidad de Bambino, "una persona libre que hizo lo que quiso vivió, esprimiendo cada día, decía que un día de su vida era un año en la vida de un oficinista".

Podía haber triunfado donde hubiera querido, pero nunca quiso salir de España, salvo en una ocasión, "triunfó en Sevilla, Madrid y Barcelona que fueron los escenarios de su vida. Estuvo en Venezuela pero no quiso llegar más lejos".

Miguel Vargas Jiménez "era un chico de Utrera que podía haber sido cualquier cosa, que cuando llega a la capital se convierte en Bambino y que cuando vuelve a Utrera vuelve a ser Miguel Vargas para tomarse un vino con sus amigos. Sabía disfrutar de lo mucho y de lo poco, pero tuvo mala suerte, malas compañías, pero quizá él era feliz".

Bambino era un hombre generoso, "no tenía nada, si iba por la calle y alguien le decía qué bonito el abrigo que llevaba, se lo regalaba". A lo largo de la película, en la que colabora Carlos Herrera prestando su voz, se recrean momentos muy importantes de la vida de Bambino y de grandes artistas como la amistad entre Paco de Lucía y José Mersé a los que, precisamente, presentó él.