Marc Vidal revela la verdad tras la reducción del déficit comercial: "Es importante dimensionar la realidad"

El analista económico asegura en 'Herrera en COPE' que se trata realmente "de un desequilibrio entre nuestras importaciones y las exportaciones netas"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Se reduce el déficit comercial un 40%, y eso parece bueno.

No seré yo quien diga lo contrario. Pero a pesar de ese importante ajuste, es importante dimensionar la realidad. Estamos hablando de un desequilibrio entre nuestras importaciones y exportaciones netas, que todavía supera los 40.500 millones de euros.

El déficit comercial representa el valor de los bienes y servicios que vendemos al resto del mundo, restando el valor de lo que compramos.

Tener déficit comercial significa que estamos comprando más al exterior, que lo que estamos recibiendo a cambio. Y, aunque hemos pasado de los 68.000 millones de déficit comercial en 2022 a estos 40.500 del año pasado, nuestro país sigue teniendo una balanza comercial muy negativa.

La cuestión es que esa hipotética mejora del déficit comercial no se debe al impulso de la exportación, sino a que en 2022, el 77% del total del déficit español venía del segmento energético.

Importábamos tanta energía cara que nos salía a pérdidas. De hecho, aquí mismo hace un año, ya dijimos que esa brecha tan grande, tarde o temprano acabaría remitiendo. Y así ha sido.

Por eso hay que seguir atentos. Especialmente por tres datos clave; uno, que importamos un 7% menos, debido a que la energía es más barata; dos, que nuestra economía no crece como en 2022, de ahí que consuma menos recursos del exterior; y tres, que aunque no se note gracias al dato anterior, nuestras exportaciones han sufrido un descenso del 1,4%. Algo que sí es preocupante porque nuestro sector exterior se nutre especialmente del turismo y si flojea, acabará flojeando todo.

¿Nos puede afectar la crisis económica que vive Europa a este sector exterior?

Casi seguro. Cuenta que las exportaciones a la Unión Europea representan el 62% del total, y además son el epígrafe que más ha caído. Si logramos mantener a máxima potencia el propulsor turístico nuestro déficit comercial no se incrementará. A Europa exportamos muchas cosas, pero nada comparable a lo que supone el turismo.

El turismo es parte del sector exterior debido a su contribución en la balanza de pagos. Lo hace a través de la entrada de divisas. Los ingresos generados por los turistas extranjeros se registran como exportaciones, ya que representan un flujo de ingresos desde el exterior hacia la economía nacional.

El problema es el de siempre. Al no tener un sector exterior diversificado, cualquier imprevisto geoestratégico, social, sanitario, migratorio, climático o económico, nos afectaría mucho.

Especialmente porque tener un déficit comercial de 40,500 millones no es una minucia, es un muro enorme construido donde debiera estar la Salida de Emergencia.