Marc Vidal reflexiona sobre las tierras raras que se han convertido en foco tras el choque entre Trump-Zelenski: ¿tenemos en España?

Se habla mucho de las tierras raras. Algunos dicen que ni son tierras, ni son raras. Están en el punto de mira, al hilo del choque entre Zelenski-Putin.... Por eso, nos preguntamos, ¿tenemos yacimientos en España? Sobre ello habla Marc Vidal en su 'Salida de Emergencia'.

Responde que, efectivamente, tenemos "y más que podríamos tener, si se desarrollara el encontrado en Campo de Montiel, en Ciudad Real, hace un tiempo. El potencial de extracción de "monacita" en esta mina se estima en 2.100 toneladas anuales, lo que cubriría un tercio de la demanda europea. Para dimensionarlo; hablamos de la fabricación de 350.000 coches eléctricos o 10.000 generadores eólicos".

Recordemos, por otra parte, "que estos minerales raros son esenciales para la fabricación de múltiples dispositivos tecnológicos. La dependencia de China, que domina su producción mundial, está impulsando a Europa a buscar fuentes propias y, de hecho, este tipo de tierras están en el centro del debate sobre el fin de la guerra de Ucrania".

Y como todo, este tipo de yacimientos debe tener cosas buenas y cosas no tan buenas...

Explica Vidal que "nos daría cierta independencia en materias primas críticas, reduciría nuestra vulnerabilidad geopolítica, significaría la creación de empleo, reactivaría económicamente un área que sufre despoblación e incentivaría la industrialización de la zona, pues hay a quienes esto les parece una agresión medioambiental inasumible". 

En concreto, "se quejan de que esta actividad minera requiere mover grandes cantidades de tierra, con afectaciones de 27.500 hectáreas en ecosistemas protegidos y demandaría más de 500.000 metros cúbicos de agua al año, siendo un recurso muy escaso en Castilla-La Mancha".

Pero este es uno de "esos fenómenos (concluye su sección) que requiere inteligencia, estrategia y comprensión. Todo a la vez. Es un golpe de suerte geológico que no se puede desestimar. España tiene una oportunidad única para diversificar su modelo productivo, algo que debe hacerse revisando los costes medioambientales, pero sin desestimar el coste de oportunidad que suponen las tierras raras".