Marc Vidal advierte sobre las consecuencias de la contratación pública en la estabilidad fiscal

Dicen que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero si analizamos los datos de creación de empleo público, podría parecer todo lo contrario. Lo cierto es que durante el Gobierno de Pedro Sánchez, entre 2018 y 2023, se ha creado un 198% más de empleo público que durante el de Mariano Rajoy.

El anterior gobierno del PP -de 2012 a 2017- ofertó más de 63.000 plazas de empleo en el sector público, por lo que si comparamos Sánchez ha creado el triple de empleo público.

Y eso es algo para presumir, al menos así lo ha hecho el Gobierno de Sánchez. "El estado ha sido el gran contratador durante este periodo, un 55% del empleo creado desde la pandemia es público", explicaba Marc Vidal. El problema es que no todo es tan bonito como parece, y la creación masiva de empleo público no siempre es un gran indicador.

Marc Vidal es claro, "debemos saber que engordar la nómina de la administración es la consecuencia de una política de gigantismo público y aunque en casos puntuales no es perjudicial para el sector privado, lo habitual es que se produzca el efecto de desplazamiento".

Pero, ¿qué es ese efecto desplazamiento o crowding out?

Es un suceso en el que la capacidad de inversión de las empresas se reduce por la deuda pública. Y eso implica que el sector público "expulsa" de alguna manera al sector privado. Esto ocurre siempre que el sector público crece demasiado, y se genera así un círuclo vicioso de endeudamiento y carga fiscal.

No todo es como parece

El problema de esto es que la contratación pública, por muy grande que sea, trae consigo consecuencias negativas en la estabilidad fiscal. "Piensa que el sector público no está sujeto a la disciplina del mercado, lo que resulta siempre una asignación deficiente de recursos", explicaba el analista.

Y es por eso por lo que analizando todo esto, Marc Vidal recuerda el "efecto Levenstein". Algo que ha explicado claramente "Una teoría en la que el nivel de eficiencia depende de la presión competitiva a la que se ha sometido la economía. Si la competencia es baja o nula, es más probable que exista una baja eficviencia productiva".

El problema de esto, por tanto, recae bajo el yugo de las empresas privadas, que no pueden hace frente a ese efecto desplazamiento que nos explicaba el analista.

"Y luego nos sorprendemos que aquí, según el barometro semestral de CEPYME, el 78% de las PYMES no tengan más remedio que absorber ellas el coste adicional de la inflación que se les ha derivado", explica.

Tampoco tienen muchas opciones de hacer otra cosa, porque el mercado se les está estrechando. Y si un sector privado no puede hacer frente a una competencia tan grande como la que está teniendo nuestro sector público, es un verdadero problema. "El empleo productivo no se podrá crear", concluye Marc Vidal.