"La mayor dimensión del Rey inquieta a la clase política": Entre la mezquindad de algunos y el silencio de otros

José Antonio Zarzalejos analiza las respuestas al mensaje de Navidad de Felipe VI desde el Gobierno, sus medios afines y el resto de fuerzas políticas como Vox

Redacción Herrera en COPE

Publicado el - Actualizado

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El mensaje de Nochebuena del Rey sigue dando de qué hablar. Hay materia para analizar y así lo ha hecho este 27 de diciembre José Antonio Zarzalejos en su Sexto Sentido de Herrera en COPE

Las reacciones, sobre todo las políticas, al discurso de Felipe VI, ¿son iguales o diferentes a la de otros años? "Muy diferentes, porque la figura del Rey se ha comido el escenario institucional. Felipe VI se ha convertido en un referente social, en una especie de modelo de comportamiento al que tendrían que atender a los dirigentes políticos. 

No es extraño, por eso, que el barómetro anual del Real Instituto Elcano, de hace un par de semanas, realizado en 10 países y con una muestra de más de 5.000 entrevistas, sitúe al Rey de España a la cabeza de los líderes europeos por delante del presidente de la República Francesa, del canciller alemán o de la presidenta de la Comisión de la Unión Europea. 

La mayor dimensión del rey inquieta a la clase política

Esta progresiva mayor dimensión del Rey parece inquietar a la clase política. En este sentido, los comentarios de los diarios afectos a la izquierda han sido muy reticentes, pero también muy significativos

Reticentes más que en ningún otro año. ¿Esto a qué se debe? Al crecimiento, insisto, de la figura del Rey que, curiosamente y en un alarde de ignorancia, se atribuye al Jefe de la Casa recién nombrado hace menos de un año, hace unos meses, en febrero, Camilo Villarino. Se han olvidado de que el Rey del 3 de noviembre en Paiporta es el mismísimo Rey del 3 de octubre de 2017 que se enfrentó a la defensa, se enfrentó a los que atacaban con un golpe la Constitución española. 

Entonces, ¿a qué deben atribuirse esas reticencias, esas críticas soterradas al rey más frecuentes que en años anteriores? Pues en varias circunstancias. La primera es que el Gobierno ha ido neutralizando los contrapesos del sistema para acampar a sus anchas. El Rey es, como moderador de las instituciones, un contrapeso y tiene el derecho constitucional que se reconoce a todos los reyes parlamentarios, es decir, ser informado, exhortar y prevenir. 

      
             
      

La segunda circunstancia es que el Rey, como símbolo de la unidad e integridad del Estado, es objetivamente un obstáculo insalvable frente a los propósitos desgregadores de los partidos externistas y nacionalistas, que hoy son los que condicionan la acción del Gobierno.

Y la tercera circunstancia es muy importante, es que el PSOE de Sánchez no ha asumido los compromisos de la transición, que fueron reformulados, recordarás, por Pérez Recalcaba en su ejemplar discurso en el pleno de debate y aprobación de la ley de abdicación de Juan Carlos I en junio de 2014, exactamente. El entonces secretario del PSOE revalidó su adhesión a la Constitución y a la corona, pero es que ese PSOE, aquel PSOE, no es el PSOE de hoy, no es el PSOE de Sánchez.

¿Peligra la corona a medio o largo plazo en España?

Y teniendo el PSOE de Sánchez y lo que le acompaña, la pregunta que se sigue haciendo mucha gente es: ¿peligra o no peligra la corona a medio o largo plazo en España?

      
             
      

Creo que no. No solo por el blindaje constitucional de que dispone, sino por el prestigio del Rey, que está fuera de discusión

Pero hay que andarse con cuidado. Hemos tenido episodios de riesgo protagonizados por el Gobierno. Por ejemplo: 

      
  • la ausencia de ministros de jornada en los viajes oficiales y de Estado del Monarca. 
  • La colisión abierta e injustificada entre el ministro de Exteriores y la Casa del Rey por la asistencia de Felipe VI a la reapertura de Notre Dame. 
  • O versiones que ha comprado algún periódico, nada menos como El País, sobre el empeño tozudo del Rey de ir a Paiporta el 3 de noviembre para descargar las responsabilidades sobre él de lo que allí ocurrió. Lo cierto es que salió mal parado el presidente del Gobierno, pero no el Rey. Hay en esas versiones cierta mezquindad. 

Y cuidado, cuidado con los silencios ante el mensaje del Rey. Cuidado con el silencio de Vox.

¿Acaso esperaba que Abascal y los suyos que el Rey, el jefe del Estado, no reivindicase la democracia liberal? ¿O que no reprobase el negacionismo climático? El paso de los dirigentes de Vox de no valorar el mensaje del Rey es tan significativo como las críticas abiertas, disimuladas e indisimuladas. Cuando un monarca parlamentario satisface a la mayoría de la ciudadanía y molesta con su exhortación a la clase dirigente y se sitúa en el carril central de la convivencia, es que acierta. Y Felipe VI acertó".

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