Uno de los mayores asesinos en serie de España, a punto de quedar en libertad: así engañaba a sus víctimas
Joaquín Ferrándiz saldrá de prisión en el mes de julio tras cumplir 25 años de condena
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Joaquín Ferrándiz es un asesino en serie que "sembró el terror" a finales de los años 80 y principios de los 90 en Valencia y Castellón. "Empezó a delinquir en 1989" e ingresó en la cárcel el 29 de julio de 1998 tras ser detenido.
"Si tú sumas 25 años de condena, sale el 29 de julio de 2023, antes de que empiece el mes de agosto", indica Nacho Abad en 'Herrera en COPE'
En el mismo mes del 89, asesinó a su primera víctima. Iba por la carretera con el coche cuando vio a una chica joven, de nombre María, de 18 años, en una moto. Él le dio un golpe, ella cayó al suelo y se rompió el tobillo.
Ferrándiz salió del coche de un salto, aparentemente preocupado por el estado de María, se disculpó y se ofreció a llevarla al hospital. Sin embargo, cuando subió al coche, no se dirigió al médico, sino que fue a parar a un lugar aislado.
"Allí la agrede sexualmente. Luego la abandona cerca del hospital y se va", asegura Abad. Pero la chica le reconoce y el agresor es detenido y condenado a 16 años de prisión, de los que cumplió 6, saliendo en 1995.
Abad ha asegurado que "en el tiempo que está en la cárcel, él está dentro de una celda con un compañero que había sido condenado por asesinato, y el otro le debió contar cómo mató a su mujer, porque luego repitió el modus operandi".
Como sabía que le podían identificar si cometía violaciones, empezó a matar a las víctimas después para que no le pudiesen reconocer.
En julio del 95, se encuentra con Sonia Rubia, una profesora de inglés que estaba por Benicassim en una discoteca que apareció. Los testigos contaron que él se ofreció a llevarla, que "era un tipo majo, aparente, que trabajaba como un vendedor de seguros. Y la convenció para meterla en el coche", explicaba Nacho Abad. El asesino estranguló a la chica con su propio sujetador.
Un paso en falso
Con Amelia, otra de sus víctimas, actuó de la misma manera que con Sonia, recuperando su primitiva forma de actuar.
Los agentes le interrogaron y le pusieron un seguimiento, sin él saberlo. Unos guardias civiles, de paisano, le pillaron desinflando una rueda del coche de la que iba a ser su próxima víctima. "Acaba confesando gran parte de sus crímenes"
Fue condenado a más de 60 años de prisión, que se acumulan en 25: 5 muertes, 5 años por asesinato. Nacho Abad explica que "es lo que permite nuestro ordenamiento jurídico, porque se acumulan todas las condenas y se reducen a esa cantidad".
Él insistía en que los expertos están "muy asustados porque no hay posibilidad de reinserción y no se puede hacer nada", concluía.