Ayestaran, tras visitar Bucha: "Un vecino fue a por leña, sonaron 5 disparos y no le volvieron a ver con vida"
El periodista español desplazado hasta Kiev ha explicado qué se ha encontrado tras visitar la ciudad de Bucha, donde han muerto más de 300 civiles
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La última hora de la guerra de Ucrania pasa por la ciudad de Bucha, donde son ya más de 300 los civiles que se han encontrado muertos en las últimas 48 horas. Una ciudad dormitorio, donde se están cometiendo crímenes de guerra. El periodista, Mikel Ayestaran, ha podido visitar la región y ha hablado con algunos vecinos, cuyo testimonio es helador.
"Hemos estado en la calle rebautizada como 'la avenida de los cuerpos', donde han aparecido decenas y siguen sacando del interior de las casas y los sótanos. Es la calle donde hemos visto las imágenes de cuerpos tirados, uno tras otro", ha arrancado explicando Ayestaran. Hablando con los vecinos ha puesto nombre a una de las víctimas: Olek, un cocinero de 33 años de Kiev, casado, padre de una criatura de 4 años, que estaba con sus vecinos en un búnker, donde estaban a temperaturas heladoras. Se arriesgó y salío a por leña para que no murieran todos congelados, le dieron el alto, gritó soy civil. Se escucharon 5 disparos y no le volvieron a ver con vida".
Mikel también se ha acercado a la fosa común más grande de Bucha, ubicada detrás de la iglesia de San And´res, donde el padre Andrés está intentando responder a las inquietudes, de los que se acercan. "Este agujero lo empezaron a cavar los rusos el 10 de marzo. En principio, de una forma macabra, utilizaban furgonetas blancas de los civiles y el típico trenecito infantil que tienen los niños en los parques, para transportar los cuerpos y los depositaban en esta fosa, que ahora con la lluvia era puro barro. Los tiraron allí, sobresalían manos y pies. Encima hay otros cuerpos que se han ido depositando más recientemente, ya en bolsas de plástico, una imagen heladora y un testimonio de lo que pudo ver. Hay más de 60 cuerpos ahí, pero no es la única fosa", ha relatado.
Ante la pregunta de por qué se ha elegido la ciudad de Bucha para estas atrocidades, el periodista cuenta que la calle rebautizada "es una avenida paralela al lugar donde Rusia ha sufrido la mayor humillación desde que empezó la guerra. El camino a Kiev pasaba por Bucha y la calle paralela está llena de chatarra de tanques rusos. Los rusos tuvieron que convivir con su derrota, en los primeros días. Parece que tenían esa ansiedad de venganza por esa derrota sufrida", ha explicado.
Por otra parte, ha destacado en el mayor temor de los vecinos ahora mismo, "que los rusos vuelvan" porque saben que "esto no se ha terminado, intentarán volver, de una forma o de otra, nos dicen, casa tras casa, nos piden que por favor alguien investigue lo que ha pasado aquí y que se juzgue a los culpables".
En cuanto a la historia que cuenta la propaganda rusa, en la que se insiste en que todo es un montaje, el periodista apunta: "No deja de ser propaganda. Ucrania no es Siria, no están acostumbrados a vivir bajo la mentira desde que nacen. Han pasado 4 días desde la salida de los rusos, no ha dado tiempo a que un Gobierno cree un relato y sus vecinos se lo aprendan. La gente te habla llorando, aterrorizada. Esto no es un montaje, hay que respetar los testimonios y sentirlo, y, sobre todo, hay que investigarlo", ha concluido.