Ana Medina: "Se precisa un corazón limpio para valorar la expresión de la religiosidad de un pueblo"

La colaboradora de 'La Linterna de la Iglesia' reflexiona sobre el controvertido 'sketch' de la televisión publica catalana sobre la Virgen del Rocío

Ana Medina

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En estos días en que la religiosidad popular inunda nuestras calles, barrios y ciudades, se ha puesto también de manifiesto, con lo ocurrido en los medios públicos de Cataluña, que sigue habiendo quien desprecia, se ríe y no entiende la fe que se manifiesta en la cultura.

La burla -bajo la excusa de la parodia- de la televisión pública de Cataluña, TV3, hacia la Virgen del Rocío esta Semana Santa me lleva, al contrario de lo que pretende, a reconocer el inmenso valor que tienen en nuestra fe las imágenes sagradas. Cuando uno se asoma a los millones de almas que acuden, con sed, al encuentro de Jesús y de María, plasmados con su arte por los grandes imagineros, descubre que Cristo y su Madre nos siguen hablando de este modo singular, sea cual sea nuestra procedencia o estado, sin distinciones. A través de ellos (muchos, titulares de cofradías y hermandades en toda España), Dios vuelve a calmar la sed del pueblo con agua viva. También de quienes no comprenden.

Es esta una realidad que no puede entenderse desde una mirada superficial, sesgada o desde el prejuicio. Se precisa un corazón limpio para valorar la expresión de la religiosidad de un pueblo. Y así lo han hecho ver públicamente, a quienes han equivocado su objetivo, el obispo de Huelva, D. Santiago Gómez; el arzobispo de Granada, D. José María Gil Tamayo; los obispos de las diócesis de Cataluña y la propia hermandad Matriz de Almonte, como recoge COPE.

¿Qué podemos aprender de todo esto, también? Pues a no olvidar que el escarnio es parte del camino junto a Cristo, y a amar más, incluso a destiempo, que Ellos, en su eterna misericordia, responden con amor a las burlas y a los desprecios. Como dice el canto mariano: “Mas si mi amor te olvidare, tú no te olvides de mí”.