Ana Medina nos trae la última campaña de la diócesis de Málaga: Vídeos con testimonios de conversión

La colaboradora de 'La Linterna de la Iglesia' da a conocer una serie de vídeos que la Delegación de Medios de la diócesis andaluza ha puesto en marcha con motivo de la Cuaresma

Ana Medina

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La Delegación de Medios de la Diócesis de Málaga ha querido aprovechar este tiempo de Cuaresma para compartir una serie de vídeos con testimonios de conversión. A través de ellos pretende mover a toda persona a buscar a Dios en el fondo último de su vida, dar el paso del encuentro con Él y, si ya se ha producido, a compartirlo con otros. Es el caso de Magüi y José Luis, Víctor Martínez, José Manuel López y Gabi Ramos. Este último, enfermo de Leucemia desde 2015, supo encontrar a Dios en la enfermedad: «Me diagnosticaron una leucemia mieloide, y de esa vida de ensueño pasé a estar encerrado en una habitación de aislamiento durante semanas. Se abrió ante mí una vida de dolor, sufrimiento e incertidumbre. En esa situación, quedan pocos pilares. Uno de ellos, la fe», cuenta. Pero para Gabi no fue fácil agarrarse a ella. «Recuerdo un día. Llevaba catorce encerrado y rezando como siempre, cotidianamente. En la habitación del hospital, pensé dejar de hacerlo, porque le echaba mucho la culpa a Dios. Ese día, el Evangelio contaba la historia del leproso que le dijo a Jesús que si quería, podía curarle, y fue curado. Aquello me enfadó mucho, porque creía que Dios me estaba tomando el pelo. Quería curarme, de manera inmediata. Empecé a gritar yo también como el leproso: “¡Señor, si quieres puedes curarme!”. Me arrodillé, costándome horrores a causa de la enfermedad, y volví a gritarlo. Evidentemente no pasó nada. Al día siguiente, más calmado, me pregunté cuánta fe tenía ese leproso y cómo era la mía. Vi que mi fe era de “máquina de coca-cola”. Yo quería meter la moneda y que saliera el refresco. Algo hizo clic dentro de mí. A partir de entonces, cada mañana doy gracias por poder despertarme, que ya es un milagro, y le digo: "Señor, ¿qué quieres que hagamos hoy juntos por tu misión de amor?” La leucemia me ha quitado muchas cosas, pero me ha dado otras: una, saber valorar lo que es la vida, esta vida extra que me ha concedido Dios para hacer cosas para Él. El mensaje del Evangelio es muy nítido, y yo me quedo con "ama al hermano como a ti mismo". Ese mensaje tiene que traducirse en una actitud vital, y eso intento cada día», concluye.

También es el caso de Víctor Martínez, arquitecto venezolano que abandonó su fe en la adolescencia: «Fui criado en una familia muy bonita: mi madre, católica, nos inculcó la religión. Mi padre, de pensamiento científico, nos alentaba a cuestionarnos todo. Así llegué a la adolescencia y ante las preguntas que era incapaz de responder, opté por no creer en Dios. Yo era mi propio juez, según los cánones que yo decidía. Pero llegó un momento en que la imagen que veía en el espejo no me gustaba. Eso me llevó a replantearme mi matrimonio, el trabajo… Un familiar me invitó a un retiro de Emaús, y por respeto, fui. Quería descansar mentalmente», explica. Aquel fue el inicio del cambio en la vida de Víctor. «¿Cómo entender que en 48 horas logras sentir a Dios? Fue espectacular -afirma-. Aquel fin de semana aún no ha terminado siete años después. Experimenté el amor que Dios nos tiene, y siento la necesidad de dárselo a los demás mediante el servicio. El pago que recibo por ello es un auténtico gozo. Cuando Dios entra en tu corazón, es imposible que no transforme tu vida».

Pueden verse, cada viernes, en diocesismalaga.es