Irene Pozo: "Los abuelos siguen siendo protagonistas de nuestros días"

La directora de 'La Linterna de la Iglesia' reivindica el papel de los abuelos en la familia: "No dejemos que se conviertan en víctimas de la cultura del descarte"

Redacción Religión

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Hoy me quiero trasladar hasta la plaza de la Merced en Málaga. La estatua de Picasso que hasta ahora descansaba en uno de los bancos, ya no está sola. Otro anciano le acompaña. Eso si, en otro banco cercano. Se trata de una iniciativa para concienciar sobre la soledad de las personas mayores.

Pero esta noche, quiero mirar a otra imagen. Una fotografía tomada por alguien anónimo en una cafetería donde varias personas, algunas solas, están en distintas mesas en lo que parece una comida de un día normal… Un menú del día.

Es curioso, cómo llama la atención lo que se ve en una de esas mesas. Un niño de unos 5 ó 6 años le cuenta algo a su abuelo, con el que comparte mantel, y que escucha muy atentamente y con interés las palabras de su nieto. El abuelo, camisa blanca, chaleco de lana y la garrota apoyada en la silla, se inclina hacia delante con una medio sonrisa. Su rostro, con las arrugas que el tiempo ha ido marcando en su cara, y su tierna mirada nos dice lo orgulloso que está del pequeño.

No es el rostro de quien se ve ya cansado de la vida. Es más bien quien mira confiado y con la certeza de que todo lo vivido no se perderá. Es el legado de la sabiduría, la fe, las raíces del árbol que hay que seguir regando para que siga creciendo fuerte y dando frutos…

¿Y el pequeño? El pequeño mira a su abuelo, cómplice. Parece que le habla, le cuenta algo… vete a saber qué. Apenas llega desde su silla con la puntita de sus pies al suelo. Quizá no sepa aún que ese momento será uno de los mejores de su vida…

Una imagen de esperanza, de fe, de amor… un amor sin condiciones… Ellos, los abuelos, que ya han criado a sus hijos y pueden disfrutar de sus nietos, nos recuerdan que la vida merece la pena. Pese a sus baches… pese a los momentos de más incertidumbre… han sido todo un apoyo a las familias en tiempos de necesidad.

No dejemos que se conviertan en víctimas de la cultura del descarte. Ellos siguen siendo protagonistas de nuestros días.

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