En unos días celebramos el día del Padre. Lo hacemos en la solemnidad de san José, ejemplo y modelo de padre y esposo. Fíjate si es importante que el Papa Francisco, no hace mucho, coincidiendo con el 150 aniversario de su declaración como patrono de la Iglesia Universal, quiso dedicar un año a su figura. Y para ello escribió una carta, Patris Corde (Corazón de Padre) que tiene mucho que decirnos de la figura del padre y esposo en el mundo actual.
Un hombre humilde, siempre en la sombra, que nos recuerda de alguna manera, que todos aquellos que viven en un “segundo plano” son también protagonistas de la historia.
La verdad que el Papa Francisco siente especial devoción por este santo. De hecho, la Misa de inicio de su Pontificado, de la que cumplen 10 años este domingo, coincidió en fecha con el día de san José, el 19 de marzo. El Papa ha contado en alguna ocasión que en su escritorio tiene una imagen de san José durmiendo y “durmiendo cuida a la Iglesia”, dice.
El Evangelio lo describe como un hombre justo. Su vida nos enseña muchas cosas, ha sido ejemplo de humildad, paciencia, obediencia, fidelidad… Un hombre de fe, que asumió con amor y entrega total y absoluta el tesoro que Dios le entregó: su propio Hijo. Y fue un hombre, que aún con todo, acompañó en el camino a su esposa, la Virgen María.
Un hombre trabajador, sencillo, que también nos hace ver reflejado en nuestros padres y abuelos todas esas cualidades que hacen que la sencillez, la ternura y el amor los conviertan en verdaderos referentes en nuestras vidas.
Muchas veces hablamos de la falta de referentes en la vida, especialmente de nuestros jóvenes. Y esto es algo que vamos aprendiendo con los años. Quizá debamos empujar a revalorizar estas figuras paternales, dotarlas de mayor valor en nuestras sociedades para que esto no se pierda. Al final, son ellos, padres y abuelos, los que también nos ayudan a dar un verdadero sentido a la vida.
Confiemos en que San José siga inspirando a padres y abuelos en ese modelo de ternura que tan necesario se hace en nuestros días. Y que este domingo nos dejemos arropar por ese amor a través de un abrazo, una llamada o un beso al Cielo.