Cuando Cristo llama lo que nos pide es que sigamos el camino que Él proponga
El monólogo de Irene Pozo en 'La Linterna de la Iglesia'
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Qué tal, muy buenas noches. Hoy toca comenzar con una pregunta: ¿Para quién soy yo? Es el lema que nos propone el Congreso de Vocaciones que la Iglesia celebra desde hoy y hasta el domingo en Madrid. Pero si te paras a pensar, es algo más.
Verás, muchos piensan en la vocación como la llamada a la vida religiosa. Pero lo cierto es que cuando Cristo llama lo que nos está pidiendo es que seamos capaces de seguir el camino que Él proponga. Llama a la vida religiosa, llama al sacerdocio, pero también nos llama al matrimonio o a la vida laical. Al final se trata de promover la vida como vocación. Y eso supone todo un reto a día de hoy, especialmente para los jóvenes.
Aunque he de confesar que precisamente ellos, los jóvenes, me han dado estos días una lección vocacional que me ha puesto en mi sitio. He tenido la oportunidad de compartir dos días con los chicos y chicas de 'Misión País' en Cañero, un barrio de Córdoba donde están llevando a cabo su misión, que no es otra que darse a los demás guiados por la Mater, la Virgen, la madre de Jesús, que un día transformó sus corazones. Su sueño: hacer de España una tierra de María, donde todos conozcamos y amemos a Jesús.
Son jóvenes estudiantes, futuros economistas, médicos, profesores, periodistas, quién sabe si entre ellos habrá algún futuro sacerdote o alguna llamada especial a la vida religiosa. Y viven su vida como una auténtica vocación las 24 horas del día. Esa experiencia de fe, esa fuerza que también les da la oración, esa forma de mirar a la Mater es la esperanza que siembran allá por donde pasan.
Visitaba con ellos una clase de religión de Segundo de Bachillerato de un instituto público y me quedé embobada escuchándoles compartir con esos chicos y chicas que nos distaban mucho en edad, el sentido que Cristo, a través de su Madre, da a sus vidas. Preguntaba uno de los alumnos dónde estaba Él en los momentos difíciles. Y en ese momento, el ‘por qué’ se convirtió en un ‘para qué’… y ‘¿para quién?’
¿PARA QUIÉN SOY YO? Esa es la cuestión, el camino que nos invita a recorrer la Iglesia para que descubrir que la vida vivida es vocación.