"Fui a la clínica con la idea de que era un amasijo de células": lo que sintió Leire tras abortar

La fundadora de AMASUVE, Leire Navaridas, charla con nosotros sobre el trauma que supuso para ella abortar con 26 años. Ahora ayuda a mujeres y hombres que sufren estas heridas

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"Fui a la clínica con la idea de que era un amasijo de células": lo que sintió Leire tras abortar

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El embarazo de una mujer no solamente se gesta en el cuerpo también en su mente. Hablamos muy poco de las consecuencias psicológicas que las mujeres sufren cuando se someten a un aborto: desde la culpabilidad, pasando por la sensación de pérdida, y llegando hasta la disminución de la confianza en ellas mismas, pues la vida que llevaban en su vientre no llega a nacer.

Una sociedad identificada con la cultura de la muerte

Leire Navaridas conoce bien cómo se siente una mujer tras abortar pues ella mismo lo hizo cuando tenía 26 años. Es madre tres hijos y dos de ellos no llegaron a nacer. Con su experiencia ayuda a otras mujeres en situaciones muy similares a la suya. Acaba de fundar 'AMASUVE', una asociación de mujeres y hombres afectados por las heridas que deja un aborto en las personas que lo experimentan, en una sociedad que, por desgracia, se ve cada vez más identificada con la cultura de la muerte, en lugar que con la de la vida. Leire ha pasado por 'La Linterna de la Iglesia' para contarnos todos los detalles sobre su nuevo proyecto y sobre su experiencia de vida tras el aborto.

Fue a los 26 años cuando Leire decidió abortar y para explicar lo que supuso para ella, nuestra invitada explicaba que “Se habla mucho de tomar decisiones... pero cuando te ves en una situación tan crítica, más que tomar una decisión es salir por donde puedes... esa es la realidad de la mayor parte de las mujeres que nos sometemos a un aborto. La opción que vemos menos peor es esa, es una situación crítica”.

"No había conocimiento de la realidad de haber perdido una hija"

Además, Leire ha querido explicar que una de las mayores influencias es “La idea que tiene cada una de la maternidad. Si se entiende como un castigo o como un regalo. Si asociada a la maternidad tienes ideas negativas y además añades los mismos pensamientos con respecto al hombre, pues te ves sola ante una situación que te abruma. Lo ves como un 'marrón' y te lo quieres quitar de encima”. Además, Leire no sintió unas consecuencias directamente después de su aborto, la actitud que tomó fue “fría, desconectada. Lo razonas y ves que es lo mejor que podías hacer. Además, yo no tuve unas consecuencias físicas visibles como pueden tener otras... levantarse en un charco de sangre o sangrar en los días siguientes... en mi caso no, parecía que todo había salido bien. Fui a la clínica con la idea de que eso era un amasijo de células, por lo que no había ningún vínculo o conocimiento de la realidad de haber perdido una hija. Además, si algo le ha enseñado a Leire esta experiencia y el contacto que ha tenido con las mujeres que han pasado por lo mismo es que “el aborto es una consecuencia. Es un indicador que esa mujer ya estaba en una mala situación y eso es la gota que colma el vaso”.

"Mi terapeuta me dijo: 'Leire, deja de destruir y ponte a construir'

Además, un año después, Leire volvió a quedarse embarazada y perdió al bebé de forma natural. “Siempre había tenido ilusión de ser madre. Había empezado una terapia y el profesional me dio la enhorabuena cuando le conté que estaba embarazada. Para mí no había nada que celebrar y él me enseñó que cuando las mujeres estamos embarazadas somos madres porque nuestro hijo ya está en el vientre. Lo siguiente que pasó es que mirándome a los ojos me dijo: 'Leire, deja de destruir y ponte a construir'. Venía de la destrucción: promiscuidad, droga, soledad... Esa frase me reveló por un lado mi trayectoria y por otro, mi nuevo camino. El amor venía a mi vida con el hijo que llevaba dentro.

Leire añadía que asimilar como un trauma los dos abortos que ha sufrido fue algo progresivo de la mano de tu terapeuta. “Tenemos dos opciones, negar lo que nos ha pasado para no afrontarlo para no sufrir o negarlo y seguir como si no ocurriera, pero los síntomas del trauma siempre acaban saliendo”.

AMASUVE apuesta también por incluir y por ayudar a los hombres que sufren las heridas que provoca el aborto, los eternos desplazados en este debate. “En muchos casos, el hombre no se compromete con la mujer a la que deja embarazada ni con el niño pero hay otros muchos casos en los que el hombre no decide, es la madre la que no da opción y abortan. Ellos quedan traumatizados, pierden la vida de sus hijos”.

"Una industria millonaria que no quiere que se sepa lo que ocurre cuando abortas"

Es una realidad que lo que ocurre después de abortar en las mujeres no se visibiliza, las razones son varias: “Hay detrás una industria millonaria que no quiere que se sepa, muchos medios insisten en que es algo seguro, inocuo, un derecho”. Además, “Dar voz a verte sometido a un aborto provocado es algo que no te permite la culpa que sientes... se me dijo que no pasaba nada y he sido engañada. Después del aborto, no hay nada rosa. Es una intervención violenta del embarazo, es fácil pensar que toda violencia es traumatica... por lo que el acto del aborto en sí mismo, por violento, es traumático”.

Para finalizar, Leire nos ha explicado el concepto del 'Feminismo provida'. “Si entendemos que la esencia de la mujer es dar vida, pues el feminismo tiene que reconocer esa realidad... nuestra esencia es dar vida y el feminismo no puede ir separado del pacifismo. El resto es guerra de género”.

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