Luis Argüello, sobre el Sínodo: “Estos procesos de transformación no se producen de la noche a la mañana”

El arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, detalla en 'La Linterna de la Iglesia' cómo evoluciona la segunda y última Asamblea General del Sínodo de los Obispos

Redacción Religión

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En apenas unos días, el 27 de octubre, se va a clausurar la segunda y última Asamblea General del Sínodo de los Obispos. Recta final, por tanto, para los trabajos del Sínodo que no quiere decir que lo sea para la Sinodalidad en la Iglesia, el tema abordado. 

Han sido cuatro años de trabajo y un gran protagonista: el Espíritu Santo marcando el camino todo este tiempo. Un camino que el Papa nos invitó a recorrer a todos, a toda la Iglesia. Quería escucharnos, y en 2021 se ponía en marcha la fase diocesana a la que siguió la continental y después la universal. Tras la celebración de dos Asambleas Generales, ha llegado el momento de poner un punto y seguido a este Sínodo. En el Vaticano, participando con el equipo de la Conferencia Episcopal Española, está su presidente y arzobispo de Valladolid, Mons. Luis Argüello, quien se ha puesto ante los micrófonos de 'La Linterna de la Iglesia' para contarnos todos los detalles de la cercana clausura desde Roma.

La sinodalidad quiere ser la expresión de un estilo, de una espiritualidad, de una manera de vivir la comunión y la misión de la Iglesia"

Mons. Luis Argüello, presidente de la Conferencia Episcopal Española 

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La sinodalidad quiere ser la expresión de un estilo, de una espiritualidad, de una manera de vivir la comunión y la misión de la Iglesia, por eso, mal habríamos hecho las cosas a lo largo de todos estos años si esto fuera una carpeta que se archiva y no fuera un impulso para trabajar la comunión y la misión de la Iglesia con la participación de bautizados, consagrados y un ministerio ordenado en corresponsabilidad diferenciada”, apuntaba el presidente de la Conferencia Episcopal Española.

Hemos aprovechado la oportunidad para preguntar a Monseñor cuáles son las sensaciones que se extraen de ésta última Asamblea, de esta "experiencia extraordinaria", tal y como él mismo la ha calificado. “En esta segunda sesión de la Asamblea Sinodal,  estamos profundizando las relaciones, sobretodo en los círculos lingüísticos en los que se realiza el trabajo más habitual. Es una experiencia que nos confirma en la importancia de la conversación en el espíritu, de la escucha de unos y otros, de discernir para avanzar en la comunión misionera”, aclaraba el arzobispo de Valladolid.

el proceso sinodal marca un antes y un después en la iglesia

Han sido 4 años de trabajos, de escucha, que deberían habernos servido para reflexionar sobre la propia naturaleza de la Iglesia. Aunque los cambios no se producen de un día para otro, esto nos lleva a pensar que este proceso sinodal ha marcado un antes y un después en la Iglesia y todo lo que la rodea: “El proceso sinodal quiere ser una acogida solemne llevándolo a una propuesta práctica en la manera de trabajar y vivir en la Iglesia. Estos procesos de transformación ni se producen de la noche a la mañana, forma parte de un estilo y de una espiritualidad y eso sí, de pasos concretos en los que la conversión pastoral, la comunión misionera, la sinodalidad que lleva consigo pueda concretar en consejos pastorales a todos los niveles o ver la manera en la que se relacionan las diócesis, las iglesias vecinas”, apuntaba Mons. Argüello.

Además, el presidente de la CEE ha escrito desde Roma una carta pastoral donde asegura que las reuniones sinodales están centradas “en el Señor y en la misión” frente a quienes piensan que son "luchas por la distribución del poder” y para entender de forma correcta qué es exactamente la sinodalidad, el presidente apuntaba que: "Aunque hay aspectos que se viven de manera diferente en diversos lugares del mundo, sin embargo, son muy comunes. El caer en la cuenta que hay una cultura global que se va extendiendo por todo el planeta, indica que hay un desafío global para la respuesta de la Iglesia Católica, que está encarnada en cada una de los lugares del mundo puede ser una buena propuesta que hacer a la sociedad contemporánea”, declaraba nuestro invitado.

Una Iglesia que  está llamada a vivir un permanente discernimiento, escuchando al Espíritu Santo pero también la realidad y los latidos de los más pobres"

Luis Argüello, arzobispo de Valladolid y presidente de la CEE

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Además, ante el desafío constante que supone este mundo cambiante, la Iglesia también quiere dar una respuesta: “Es una Iglesia que vive en el tiempo y en el espacio, por eso está llamada a vivir un permanente discernimiento, escuchando al Espíritu Santo pero también la realidad y los latidos de los más pobres, ofreciendo la alegría del Evangelio y siendo peregrinos de esperanza”.

Para finalizar, Mons. Argüello aclaraba que en Sínodo, la unión de la Iglesia es completa: “Esta experiencia de encontrarnos y acogernos diferentes personas que vivimos en realidades sociales, políticas del mundo global pero en diferentes lados de los conflictos es un ejemplo importante que surge de tener un punto de encuentro que no es una idea, si no la presencia viva de Jesucristo. La experiencia de acoger un punto de encuentro es lo que podemos ofrecer a los demás”, finalizaba Mons. Luis Argüello.