Luis Manuel Romero: "Este Sínodo es diferente y no pasará indiferente en la vida de la Iglesia"
El secretario del Equipo Sinodal de la Conferencia Episcopal Española ha analizado lo que espera del Sínodo en el que va a participar junto al resto de la delegación española
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El próximo 4 de octubre va a comenzar en Roma la última etapa del Sínodo sobre la Sinodalidad. Un camino que el Papa nos ha invitado a recorrer a todos, a toda la Iglesia. En esa Asamblea General del Sínodo va a haber una importante presencia española, encabezada por la delegación que va a enviar la Conferencia Episcopal. Una de las personas que forma parte de esa delegación es el sacerdote Luis Manuel Romero, que ha sido secretario del Equipo Sinodal español y es secretario técnico de la Comisión de Laicos, Familia y Vida de la Conferencia Episcopal. En 'La Linterna de la Iglesia', ha reflexionado sobre lo que va a suponer este Sínodo.
Lo primero que ha hecho ha sido definir qué es la sinodalidad: "Es aprender a caminar juntos. Es la identidad de la Iglesia. 'Sinodalidad' no es un adjetivo de la Iglesia, sino que es un sustantivo. Porque la Iglesia, o es sinodal, o no es Iglesia. O es una Iglesia donde se vive la comunión y donde todos nos sentimos protagonistas y parte -todos, laicos, pastores y vida consagrada- o, si no, no es Iglesia. Eso es sinodalidad. Aprender a caminar juntos, aprender a descubrir que todos, por el Bautismo, somos corresponsables en la evangelización".
Aunque acaba de llegar a Roma, Romero ha explicado que en la ciudad se respira un ambiente muy especial: "Hay mucha ilusión por este Sínodo. Todos los sínodos son importantes en la vida de la Iglesia pero éste, por las características que tiene, por el hecho de que no solo participen obispos y esté abierto también a otros miembros del Pueblo de Dios, por tratarse de un Sínodo sobre el propio Sínodo, es decir, reflexionar sobre la propia naturaleza de la Iglesia... creo que no va a pasar desapercibido. Y que toda la gente es consciente de que va a marcar un antes y un después. También porque se ha venido preparando de una forma especial con todo este proceso sinodal que iniciamos en 2021. Se percibe que este Sínodo es diferente y que no pasará indiferente en la vida de la Iglesia".
El gran protagonista es el Espíritu Santo
El secretario del Equipo Sinodal de la CEE recuerda cómo fueron los primeros momentos de ese proceso sinodal que comentaba y que empezó en 2021: "Al principio yo notaba muchísimo escepticismo y reticencias por parte de mucha gente. Nadie esperaba lo que podía ir saliendo, y lo que todavía tiene que ir saliendo, porque la Iglesia, a partir de ahora, está llamada a ser sinodal. El Papa ha dicho que esto es lo que espera para la Iglesia del Tercer Milenio, y llevamos todavía 21 años de este milenio, así que no pensemos que se va a conseguir de un día para otro. Pero creo que, respecto a esos inicios de miedos, hemos avanzado bastante. Vamos pasando de entender la sinodalidad como un concepto teórico, abstracto, a hacerlo vida, a que sea una experiencia vivida, que es lo importante.
"Lo más importante es que no olvidemos que el gran protagonista del Sínodo no somos nosotros, los padres sinodales, sino que es el Espíritu Santo. Si no dejamos que el Espíritu Santo actúe, no es Sínodo de verdad. Yo vengo con la actitud de abrirme al Espíritu Santo, a que Él sea el que nos vaya marcando la dirección, el camino. Sin oración no hay Sínodo. Se va a seguir la metodología de la conversación espiritual. El Papa está insistiendo mucho en que lo que vayamos decidiendo se haga desde el discernimiento del Espíritu", ha concluido.