Dos guardias civiles ayudan a parir a una mujer en Galicia y 37 años después se llevan una sorpresa

Antonio y Francisco pararon en 1985 cuando iban camino de A Coruña tras ver a un hombre haciendo señas: una mujer estaba de parto en el coche

Redacción La Linterna

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Año 1985. Antonio y Francisco estaban en una carretera de Galicia, dirección Coruña. Iban a armar uno de esos dispositivos que realiza la Guardia Civil en las carreteras con frecuencia. De pronto vieron a un hombre que les hacía señas, estaba pidiendo ayuda. Pararon a ver qué ocurría, y vieron a una mujer dando a luz. En aquella época, no había teléfonos para llamar fácilmente a emergencias. Por lo que, cuando aparecieron Antonio y Francisco fue una auténtica suerte.

Se encontraba en la parte trasera del coche y la cabeza del niño ya asomaba. Por lo que Antonio y Francisco respiraron y ayudaron de la mejor forma posible. Por más que intentaban darle cachetes, el niño no reaccionaba. Ninguno sabía qué hacer. Fue poco más que un minuto, pero a todos les pareció una eternidad.

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Una vez el niño nació fueron al hospital a dejar a la madre y que pudieran darle la asistencia médica que necesitase. Pero claro, antes de llegar, tuvieron que comunicarse por la radio de la Guardia Civil. Francisco dio la voz de alarma, explicando qué había ocurrido. Subieron al coche y se pusieron camino al hospital. Todo parecía estar a favor, porque no les pilló nada de tráfico. Llegaron allí y el equipo del hospital, había recibido la alarma y estaban fuera esperándoles.

Los dos guardias civiles, 37 años después

Diego, así se llama el gallego que nació aquella tarde de mayo. Los dos guardias civiles han vivido dedicados al servicio y ayuda a los demás. Pero lo cierto es que nunca más les sucedió nada parecido. Cada vez que pasaban por esa carretera, se acordaban de Diego y de sus padres. A quiénes nunca pudieron localizar. Hasta hace unos meses, como te contábamos en 'La Linterna'.

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Francisco y Antonio ya están jubilados, por eso sus compañeros, que siguen ejerciendo, decidieron ponerse manos a la obra y encontrar a la familia. Una historia que les había marcado tanto a los dos tenía que continuar. No fue tarea fácil, de hecho fue una larga búsqueda. ¿Por qué? Porque ya no vivían en Galicia, lo último que sabían es que los abuelos de Diego, tenían una panadería en uno de los pueblos y, siguiendo esa pista, lo lograron. Una mañana, hace no mucho, la Guardia Civil llamó a la casa de Diego.

Una bonita sorpresa

Diego se llevó un susto. Pero todo era por una buenísima causa. No lo dudó un segundo. Se lo dijo a sus padres y emprendieron el viaje a Galicia. Antonio y Francisco habían quedado con unos compañeros de la Guardia Civil, pero no les habían dicho que iban a reencontrarse con ellos. Es más, Francisco estaba justo al lado de Diego, y ni lo sabía.

La emoción de Antonio, guardia civil, al reencontrarse con el joven al que ayudó a nacer hace 37 años

La emoción de Antonio, guardia civil, al reencontrarse con el joven al que ayudó a nacer hace 37 años / A3

Un momento muy emocionante en el que pasaron horas hablando y contando cómo les había ido durante esos 37 años que han pasado. Antonio se emocionó mucho, junto a la madre de Diego. Algo que le hizo mucha ilusión a su hijo. Antonio y Francisco, dos Guardia Civiles jubilados que ayudaron a que un niño naciera en carretera. Hoy, 37 años después, se han reencontrado con Diego, el niño, y su familia.