Julia relata el día a día en Kiev tras el último ataque de Rusia con misiles: "Ya no bajamos a los refugios"
La profesora de español y jefa del departamento de Filología Románica en la Universidad Borys Grinchenko de Kiev ha relatado en La Linterna de COPE cuál es la situación en Kiev
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Hoy se ha celebrado el “Día de la Victoria” en Moscú. Cerca de 8 mil soldados, 125 tipos de equipos militares y diferentes tipos de piezas de artillería, baterías antiaéreas y misiles de crucero han desfilado por la Plaza Roja ante la atenta mirada de un Putin que ha asegurado que el mundo está creando un gran odio contra su pueblo.
Putin sigue confiado en ganar la guerra en Ucrania, pero precisamente el día en el que Rusia presume de victorias militares, todavía no ha habido ninguna en el campo de batalla ucraniano. Allí las autoridades rusas cifran en unas 6.000 las bajas en sus filas. Aun así, el Presidente ruso ha mandado este mensaje a los territorios que se encuentran en el Dombás.
No hay que olvidar que la guerra en Ucrania continua y ya se han cumplido 439 días de intenso conflicto. Según la ONU, cerca de 8.800 civiles, entre ellos 519 niños, habrían muerto desde que comenzó esta pesadilla.
“Estamos vivos y eso significa que estamos bien”
La Linterna de COPE ha analizado cómo se intenta salir adelante en Kiev a pesar de los últimos ataques. Para ello ha contado con la ayuda de Julia Pidipryhora, profesora de español y jefa del departamento de Filología Románica en la Universidad Borys Grinchenko de Kiev. “Estamos vivos y eso significa que estamos bien”, describía con resignación. “En mi familia hay cambios muy drásticos para mí, como la madre, porque nuestro hijo, que tiene 19 años, se ha alistado en el ejército. Ha dejado sus estudios en la universidad y para a los entrenamientos como voluntario”.
En las últimas 24 horas, al menos una quincena de misiles han ido dirigidos a Kiev. Julia explica que “por desgracia” están acostumbrados: “Ya no bajamos a los refugios, nos quedamos en casa esperando que no nos toque”. Los ánimos y la moral, después de tanto tiempo, van cambiando en los ucranianos: “Entendemos que no tenemos otra alternativa y tenemos que resistir. No podemos dejar de resistir, por eso trabajamos, donamos, ayudamos al ejército... Tratando de hacer lo posible para acercarnos a la victoria”.
Julia tiene la sensación de que cada vez más ucranianas vuelven al país con sus hijos: “Mi amiga, por ejemplo, que ahora está en España trabajando, ha regresado durante la Semana Santa para estar con su esposo. Aunque ella ha vuelto a España, tiene planes de volver a Ucrania a finales de verano”. La profesora asegura estar muy agradecida con la ayuda que ha prestado Europa: “Sé que ha sido muy difícil dejar de creer estos mensajes propagandistas de Rusia que estaban tan presentes en los medios de comunicación, por lo que estoy muy agradecida”.
¿Hay miedo o hay orgullo en el pueblo ucraniano? Julia lo tiene claro: “Me parece que hay más orgullo. Es normal tener miedo, es una emoción humana, y cuando oímos las sirenas no nos sentimos muy bien, pero estamos orgullosos porque seguimos luchando, vemos como nuestro ejército nos defiende y también es gracias a la ayuda prestada por Europa y Estados Unidos. Es un esfuerzo común de todo el mundo civilizado para poder terminar con esta guerra injusta”.
Julia, como el pueblo ucraniano, desea que la guerra termine, pero es consciente que “eso no sucederá mañana ni pasado mañana”. Además, la profesora cree que después de una victoria “seguiremos resistiendo y tendremos que resolver todos los problemas relacionados con la presencia de Rusia al lado de nuestra frontera, porque este país no desaparecerá del mapa”.