El motivo por el que Meritxell se curó de un cáncer terminal gracias a un fármaco: "Descubrimos una cosa"

Con solo 34 años, a Meritxell le dijeron que tenía un cáncer renal metastásico. Era el año 2008 y rápidamente supo que tenía pocas esperanzas de vida, ya que los médicos le daban tres meses. Era el peor cáncer renal que podía tener. Lo primero que hizo fue ir al colegio para hablar con la profesora de sus hijas. Meritxell quería dejarlo preparado todo de cara al próximo curso porque no esperaba llegar al mes de septiembre.

En el Hospital del Sant Pau de Barcelona le ofrecieron un tratamiento: un fármaco innovador llamado Temsinolimus. Le dijeron que no la curaría, pero sí que podría alargar un poco más su vida. La sorpresa llegó cuando Meritxell se curó gracias a ese medicamento. Las células cancerosas dejaron de multiplicarse y con una operación sencilla en la que le extirparon el riñón todo se solucionó.

Pero 9 años después, el cáncer había reaparecido en forma de metástasis en el hueso. Los médicos lo tuvieron claro: con Meritxell había que probar ese mismo fármaco de nuevo y volvió a curarse. Y así en otra ocasión más. Un total de tres caídas y tres curaciones gracias a este tratamiento. Ahora, 15 años después del primer susto, vive sin medicación y solo es necesario pasar controles rutinarios cada 3 meses.

Los médicos llevan 15 años preguntándose por qué Meritxell se cura y, sobre todo, porque lo hizo de forma milagrosa en esa ocasión cuando solo le daban tres meses de vida. En el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas han encontrado la respuesta. Se debe a una mutación extraña que hay en su organismo y que hace que este tratamiento funcione increíblemente bien.

¿Qué ha sucedido con Meritxell?

Cristina Rodríguez Antona, investigadora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), es una de las personas que ha descubierto por qué Meritxell se curó de forma extraordinaria. La investigadora explica en La Linterna de COPE qué es lo que ha sucedido en este caso: “Esto es lo que nos propusimos resolver hace años. Lo que encontramos -gracias a Meritxell y a otros dos pacientes similares que han donado las muestras- es que todos estos tumores tenían una única cosa en común que era un gen mutado (USP9X). Descubrimos que cuando anulas estos tumores, que no tienen la función de esta proteína, hace que sus células tumorales sean más sensibles a un tipo de tratamiento específico que es este”.

Cristina puntualiza que, en el caso de Meritxell, el tipo de cáncer que tenía “era un cáncer de riñón muy agresivo y, cuando fue diagnosticada, ya era metastásico”, por lo que se había extendido a diversos órganos. Esta situación no es poco frecuente en los cánceres renales porque es bastante silencioso, por lo que un tercio de los pacientes diagnosticados ya tienen metástasis, por esta razón “no era realmente llamativo”.

El fármaco que le salvó la vida a Meritxell

En el caso de este medicamento, se trata de una 'terapia dirigida' que se centra y tiene como objetivo una vulnerabilidad tumoral concreta. “En este caso era una proteína, que la suelen tener alterada los tumores, porque les confiere una ventaja para crecer”, apunta la investigadora. Este fármaco se desarrolló en 2007 y, a día de hoy, se utiliza para el cáncer renal metastásico.

El siguiente paso, asegura Cristina, es trasladar estos conocimientos a otros pacientes: “Seguramente, otros pacientes con cáncer renal, van a responder muy bien al tratamiento, pero lo que no sabemos es si estas mutaciones podrían tener el mismo efecto en otro tipo de tumor”. Estas mutaciones son poco frecuentes, por lo que hay pocos tumores que las tengan. El foco está puesto en aplicar estos conocimientos en el desarrollo de fármacos que funcionen en otros tipos de tumores, aunque es un proyecto que requiere de mucho tiempo de investigación.