Un ex policía jubilado se queda viudo y sorprende a sus hijos con su nueva profesión: "Hacen chistes conmigo"

José María relata en COPE cómo sus hijos Borja y Carlos le toman el pelo con su nueva vida a los 72 años

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Ángel Expósito y Pilar García Muñíz relataban esta semana en La Linterna la historia de José María, un ex policía jubilado que ha encontrado una nueva profesión, una que no se esperaban sus tres hijos. Y es que, como él mismo explica a los micrófonos de COPE, le está costando los “chistes” de dos de los jóvenes, Borja y Carlos, que le toman frecuentemente el pelo.

“Todos hemos sentido alguna vez la vocación. La vocación de cambiar un estilo de vida, una profesión a la que dedicarte”, explicaba el director de La Linterna al comienzo de la historia. Y es que José María tomó la decisión tras quedarse viudo hace sólo unos años. En 2020, Mari Carmen, el amor de su vida, falleció en plena pandemia de coronavirus. Tres años después, ha conseguido su sueño.

La vocación oculta de José María desde niño

Según explica el propio José María en COPE, sintió por primera vez su nueva vocación desde pequeño. Se crío en el barrio madrileño de Chamberí. Y un día, tendría nueve o diez años, llegó a casa y se lo dijo a su madre: “Muy serio me planté delante de mi madre y le dije que quería ser cura. Y mi madre me dijo que muy bien pero no, que era muy pequeño y no había vivido la vida y no me iba a dejar ir al seminaria. Pero me dijo que si seguía estando interesado, cuando fuese mayor, me llevaría”, explicaba hace unos días en Mediodía COPE.

Dejó de lado su interés por ser sacerdote. Y con 19 años ingresó en la Escuela Superior de Policía. Su madre quería que alguno de sus hijos estudiaba una carrera. “Imagínate, hablamos de los años 70, con una licenciatura eras un privilegiado”, apunta Ángel Expósito. José María le hizo caso y se matriculó en una facultad que acababan de inaugurar, la de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense. Y los deseos de su madre se cumplieron. Fue licenciado de la segunda promoción de Periodismo de la Complutense.

Unos años después se casó con Mari Carmen. Tuvieron tres hijos: Borja, Pablo y Carlos. Unos hijos que no han dudado en apoyar a su padre ahora cuando ha decidido convertirse en sacerdote: “Cuando les planteé la posibilidad me dieron su apoyo total y absoluto, y están felices. Incluso el mayor el mayor y el pequeño, Borja y Carlos, me toman el pelo, me dice que resulta que todo el mundo le va a llamar 'padre'”, bromea José María.

Después de muchos años de matrimonio, en 2013, el Arzobispado de Oviedo abrió la posibilidad de que los hombres casados pudiesen prepararse para ser ordenados diáconos permanentes. Y José María no lo dudó. Con el apoyo de Mari Carmen, José María estuvo más de tres años estudiando y formándose, hasta que en 2017 se convirtió en uno de los tres diáconos permamentes de la archidiócesis de Oviedo.

"Yo estoy viviendo dos vidas paralelas"

Pero, tras el fallecimiento de su esposa, José María pensó que era el momento de dar un paso al frente e ir hacia su vocación, Dios. Una decisión que le ha devuelto la ilusión. “Y la felicidad. Cuando murió mi mujer todo el mundo me preguntaba cómo estaba, y yo siempre respondía 'estoy porque no me queda otro remedio'. Pero ahora cuando me preguntan, como tengo que ser justo, digo 'rozando la perfección', porque estoy feliz”, aclara en COPE.

En estos últimos años ha seguido con el pésame de la pérdida de su mujer. Incluso llegó a enfadarse consigo mismo por pensar en el sacerdocio. Pero a la vez se despertó la vocación de seguir el camino empezado, hasta llegar a ser nombrado sacerdote el pasado domingo. Él lo define como dos vidas parelelas: “Yo estoy viviendo dos vidas paralelas que no se entrecruzan: por una parte sigo sintiendo el dolor y la pena por la pérdida de mi esposa, pero también la felicidad de ser sacerdote de la Iglesia de Cristo”, asegura en Mediodía.

Sus hijos Borja, Pablo y Carlos, han apoyado a su padre en todo momento. Aunque se lo toman con bastante humor: “Me hicieron el chiste de 'cuando seas cura te vamos a llamar tío'. Yo les dije que se lo tomaran en serio, que es muy importante para mí, pero es que son así, seguro que están muy felices”.

“El dueño de la viña llama a unos a primera hora de la mañana y, a otros, a última de la tarde”. Con esta frase, el Arzobispo de Oviedo, monseñor Jesús Sanz Montes, comunicó a José María que podía ser ordenado sacerdote pese a tener 72 años cumplidos, tres hijos y dos nietas. Este policía nacional jubilado supo que quería ser presbítero al fallecer su esposa. Está muy feliz, pero a la vez tiene miedo.

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