La carta de una víctima de trata a los agentes de Policía Nacional que le liberaron hace un año: "Buen día..."

Ángel Expósito entrevista a María Antonia, liberada por los agentes de la Brigada contra la Trata, y al jefe del grupo 8, el inspector Delmas

Paco Delgado

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

“Es un tema muy duro pero con fugar feliz. María Antonia es una mujer fuerte, valiente y que no ha tenido una vida fácil. Hace un año recuperó la libertad y la dignidad gracias a una operación policial”. Así comenzaba este viernes el director de La Linterna, Ángel Expósito, un reportaje muy especial. Y es que por los micrófonos de COPE han pasado María Antonia, de 25 años y cuyo nombre no es real, así como el jefe del grupo de la Policía Nacional encargado de liberarla, el inspector Delmas.

Y es que, un año después de la liberación, María Antonia ha conseguido emocionar a los agentes con una simple carta. Simple, pero llena de emoción. “Algunos han llorado”, reconoce el inspector en La Linterna: “Uno nunca llega a acostumbrarse a algo así, algunos compañeros han llorado con la carta, emociona mucho esto”, relata.

La joven, de origen colombiano, fue liberada en julio del año pasado: “En el momento no pensaba que fueran mis ángeles de la guarda, sino que estaba en problemas y volvería a mi país. Tuve miedo”, cuenta en COPE. No obstante, se dio cuenta de que le ayudaron y que su vida había cambiado: “Me dijeron que estuviera tranquila, que estaban para ayudarme y que les dijera en qué podía ayudarle a ellos, eso me dio a entender que no estaba en peligro”.

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La carta de María Antonia a los agentes

Así, la misiva de la víctima de trata, como ella misma lee en directo, comienza así:

“Buen día. Esta carta va dirigida al grupo 8 de la Brigada central contra la Trata de Seres Humanos de la Policía Nacional y todo aquel que participó en este caso. Mi nombre es María Antonia, y estoy muy agradecida a todos ustedes por hacer que mi vida cambiara. Hace cuatro años llegué a España creyendo encontrar mejor calidad de vida. Lo que no esperaba era encontrar personas que nos llevan por un mal camino y las circunstancias nos llevan a tomar malas decisiones y caer en la idea de que es un camino fácil, y no lo es. Es pasar de ser una niña que vivía en la casa de sus padres a estar de lugar en lugar, malvivir, malcomer y maldormir, haciendo cosas que no quería con personas que no quería para tener una recompensa monetaria fugaz...”

“Siento nostalgia al leer la carta”, reconoce María Antonia en COPE. “La escribí en agradecimiento a las personas que me acompañaron en esa situación y me ayudar a regularizar mi situación en España. Tenía la necesidad de agradecerlo y era lo menos que podía hacer”.

En el 2019 llegó a España desde Colombia, un “país complicado”: “yo vivía en una ciudad pequeña, lo que te obliga a migrar a otra parte y yo pensé hacerlo a España porque tenía un conocido que me dijo que me ayudaría a conseguir trabajo de niñera o ayudando a mayores. En realidad no es tan fácil, te cuentan pajaritos en el aire y no es así”, asegura.

María Antonia terminó los estudios, necesitaba trabajar y alguien le dijo que en España había trabajo: “Me di cuenta de que estaba atrapada cuando no tenía libertad ni para ir a comprar algo, o tener que interrumpir mi sueño o la hora de comer por otras personas o porque alguien viene. Es una combinación de muchos sentimientos: sientes asco, que no vas a poder salir y que vas a estar así para siempre”.

La emoción de los agentes de Policía

Ismael Delmas es inspector de la Policía Nacional, jefe del Grupo 8 de cooperación internacional y delincuencia transfronteriza, y recuerda en COPE cómo fue el operativo de rescate de María Antonia: “La idea fue entrar, al principio se asustaban las chicas, es normal, no tienen documentación y nosotros somos personas extrañas. Tienen miedo de la policía porque las organizaciones les dicen que la policía no es de fiar y les va a deportar”.

Reconoce el inspector que, a diferencia con latinoamericanos, con los rumanos sí que han visto fases de enamoramiento durante la captación: “la chica tiene apego al captor y no le quiere dejar”. “La cuestión es que, si no hay clientes, no hay prostitución. España es el país de mayor consumo de prostitución de toda Europa, por lo que la idea es que hay campaña publicitarias que avisan de que, sin clientes, la prostitución se acaba”, concluye.

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