Unos hermanos quedan en un pueblo de Zaragoza y, 32 años después, 500 personas vuelven al mismo sitio

¿Cómo puede una simple reunión familiar entre algunos hermanos convertirse en todo un evento de 500 personas más de 30 años después? Una pregunta a la que respondía este lunes el director de La Linterna, Ángel Expósito, que contaba la historia de una quedada en 1992, con motivo de las Olimpiadas de Barcelona, de la familia de los Muniesa. 

Los orígenes de los Muniesa se remontan a 1573 cuando Pedro Muniesa se casó con Ana Alos. Este enlace son las raíces de un árbol genealógico de lo más frondoso. Ahora mismo son muchos más miembros. Santiago Huarte Muniesa es uno de los miembros de la familia en la actualidad y cuenta en los micrófonos de COPE el devenir desde ese encuentro en 1992.

Una reunión en un pueblo de Zaragoza

“Los hermanos de mi madre se reunían una vez al mes a comer en Zaragoza y, a raíz de estas comidas de esa generación, hubo una época hace 35 años en el año 1989 cuando se decidió hacer la primera comida reunión de toda la familia”, explica Santiago a Expósito. A esa reunión fueron la madre de Santiago y sus descendientes. “La siguiente fue los tres años que fue el año 92 coincidiendo con las olimpiadas de Barcelona y desde entonces hemos hecho cada cuatro años como las olimpiadas”.

Ahora los Muniesa saben que, desde entonces, si hay Olimpiadas ese año les toca reunión familiar. Lo primero es reservar una fecha en el calendario, y es que vivir al otro lado del charco no es excusa para faltar a la cita. “Yo tengo una hermana por ejemplo que vive en Ginebra. Fue allá con 19 años. Ha venido gente de México, de Australia. Estamos repartidos por el mundo”, asegura.

Y es que, ahora, se reúnen hasta 500 personas en Lécera. “Mi hijo en este momento por ejemplo está en Estados Unidos, mi sobrino está en Washington, en Chicago y nosotros primos por ahí repartidos”, comenta en COPE el miembro de los Muniesa.

500 personas van a Lécera

Y es que la mayor de los Muniesa tiene 106 años y el más pequeño ha nacido este año. Cuando se reúnen en Lécera, un pequeño pueblo de la Zaragoza vaciada, nadie quiere perderse la cita, como este fin de semana, en el que Los Muniesa se han reencontrado después de ocho años sin verse.

La última vez que se reunieron fue en 2016, tendrían que haberlo hecho en 2020, pero la pandemia les impidió verse. Desde entonces soñaban con la quedada que han celebrado, por fín, este fin de semana. Luisa Alfonso es otra de las primas de la familia que se encarga de que todo esté a punto para el gran día, y explica en La Linterna que, en su caso, su padre ya no vive.

“Le encantaba la familia y entonces organizaba ver el otro día que nos reuníamos, ver que estábamos ahí todos, que son sus orígenes, que son sus primos. A mí me parecía un homenaje a mis abuelos y a mis padres”. Este 2024 se han reunido 325 adultos, 88 niños y 20 bebés. Cerca de 430 primos, hermanos, abuelos que han aprovechado para ponerse al día y conocer a los nuevos integrantes de la familia.

Todo gracias a Whatsapp

Pero controlar a tanta gente resulta, muchas veces, misión imposible. Por eso, este año, han echado mano de la tecnología para gestionar la quedada. Su herramienta estrella ha sido un grupo de WhatsApp en el que estaban los portavoces de las distintas ramas y generaciones de la familia. “En ese grupo de Whatsapp la verdad es que hemos unificado muchas cosas muy bien. Nos iban diciendo cuántos iban de cada uno, si había algún problema, si había algún menú especial, si alguien tenía una duda. Entonces eso ha sido un avance”, explica Luis a Expósito.

A estas quedadas familiares las han llamado “La muniesada”. Apenas ha terminado la de este año y los Muniesa ya tienen la vista puesta en la próxima cita. “La siguiente será en el 2028 y por esta fecha, a finales de septiembre, ya lo saben, en esa fecha tendrá que aguardarse una semana arriba, una semana abajo, que tendremos reunidas con las olimpiadas. Digamos lo que nos marca”

La próxima quedada coincidirá con las Olimpiadas de los Ángeles, exactamente en cuatro años. Eso sí, a los Muniesa les gustaría verse más a menudo, pero saben que hacerlo cada cuatro años es el motivo del éxito de sus reuniones.