Luis del Val: "Donald Trump, el gran fanfarrón, no ha descubierto Groenlandia"
El periodista reflexiona sobre el interés estratégico de Groenlandia, el papel de Estados Unidos en la región y el afán de Donald Trump por presentarse como pionero

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El gran fanfarrón, o sea, Donald Trump, no ha descubierto Groenlandia. Mucho, muchísimo después de que fuera descubierta por los vikingos, la ocuparon los alemanes hace poco, en la guerra mundial; los despacharon las fuerzas estadounidenses. Y desde entonces, todos los presidentes de Estados Unidos o han intentado comprarla—Donald Trump no ha sido el primero—o la han empleado como lugar estratégico. Prueba de ello es la base de Estados Unidos instalada en la capital.
No solo eso, sino que Estados Unidos quiso experimentar con una base de misiles secretos que se vino abajo en 1997 por un accidente de un avión que llevaba carga nuclear y explotó, y aquello fue terrible. Por cierto, una bomba de hidrógeno todavía no se ha encontrado. Así que ruego, Ángel Expósito, que cualquier día efectivamente se nos irá allí a hacer el programa, que al llegar no patee el suelo imprudentemente; no esté bajo la nieve la dichosa bomba de hidrógeno.
Groenlandia nunca va a ser el canal de Suez, pero, a medida que aumentan las temperaturas, está claro que el tráfico marítimo se va a multiplicar y que dominar ese paso entre el Atlántico y el Pacífico—lo han dicho casi todos los que han intervenido—es de un alto interés.
Respecto a los nacionalismos, surgen por intereses políticos y surgirán más, y aquello se va a poblar de aprovechados neopatriotas dispuestos a descubrir que nacer en Groenlandia te convierte en un ser superior. No sé si el bolero o secesionista le suena.
Ahora bien, que el frío no hace feliz parece ser una hipótesis aceptable, porque Groenlandia es el lugar del planeta con el más alto porcentaje de suicidios. Debe ser por la escasa población y la poca compañía. Menos mal que, en cuanto a número de habitantes, no es Manhattan, porque si fuera así, las empresas más prósperas serían las de pompas fúnebres.
El gran fanfarrón no ha descubierto Groenlandia porque hace ya 75 años que todos los presidentes de Estados Unidos tienen puesta allí la mirada y han puesto también aviones de caza y submarinos. Claro que lo han hecho con discreción, esa forma de actuar que el gran fanfarrón nunca ha practicado.