El medicamento que, si lo tomas antes de beber alcohol, reduce el efecto en el cerebro: lo afirma un farmacólogo

Una práctica común entre los adolescentes para socializar es la conocida como botellón, que consiste precisamente en utilizar las bebidas alcohólicas como medio de intercambio o de conversación. Y es que aunque todos conocemos que la edad mínima legal para tomar alcohol es de 18 años, son hasta el 30% de los jóvenes con menos de 12 años los que afirman haber tomado alcohol al menos una vez en el último año.

Pero si ya la ingesta de alcohol a estas edades ya es un problema para la salud, peor es cuando se hace como se suele hacer en el botellón, esto es en grandes cantidades de forma eventual y en cortos períodos de tiempo. Además, a esto debemos sumar que el desarrollo del cerebro no termina hasta los 21 a 24 años, por lo que acumulando factores, el daño podría ser incluso mayor.

En La Linterna de COPE ha estado Gonzalo Herradón, decano de la Facultad de Farmacia de la Universidad CEU San Pablo de Madrid, quien además dirige el grupo de Neurofarmacología de las Adicciones y los Trastornos Degenerativos, que ha hablado sobre el problema.

Todo depende de como sea la ingesta

Este consumo de alcohol a modo atracón afecta directamente a las redes neuronales, ya que aunque existen redes neuronales de protección ante la llegada de agentes como el alcohol, cuando este llega de golpe en gran cantidad, es capaz de modificar el comportamiento de la red protectora y así dañar a redes que quedan desprotegidas.

El consumo de este modo es el peor y se mide con el nivel de alcohol en sangre, que puede ser superior en un joven que durante 2 días de consumo de atracón tenga más concentración que un adulto que lo consume de manera regular durante toda la semana.

Cómo afecta y como solucionarlo

Los problemas principales tienen que ver con el área cognitiva del cerebro y los procesos de aprendizaje, que se ven interrumpidos con el consumo y los efectos del alcohol, además, estas secuelas podrían llegar incluso a la edad adulta.

La única solución sería la de no ingerir alcohol hasta el desarrollo completo del cerebro, y en ningún caso a modo de atracón. Pero según está estudiando el equipo de Herradón, como afirma, “con la administración previa al consumo de alcohol de un fármaco”, las pruebas parecen indicar que es posible, al menos, la aminoración de daños.