Estos son los métodos que usan los meteorólogos para conocer el estado de una tormenta

Para evitar que sucedan episodios de caos y desastre que tengan como consecuencia catástrofes como la sucedida hace 15 días en Valencia, las alertas y los sistemas de prevención son algo fundamental, pero un dato importante es que hay que saber utilizarlos. Y es que después de lo sucedido en Valencia, son muchos los españoles que pensarán que nuestros sistemas de prevención son malos y que si hubieran funcionado se podría haber evitado la catástrofe.

Pues bien, Jorge Alcalde, divulgador científico de COPE afirma que son estos los momentos más importantes en cuanto a cualquier predicción de carácter meteorológico:

Por un lado, está la detección de lo que está ocurriendo en la atmósfera. En el caso de una DANA, por ejemplo, sabemos que es una especie de bolsa de aire que se descuelga del cinturón de aire polar y que llega a la península. Hay que detectar cuando se descuelga, en qué situación se encuentra esa bolsa de aire, por dónde se mueve, hasta dónde va a llegar y la detección entra en juego. Actualmente contamos con radares meteorológicos, satélites, estaciones de observación, estaciones meteorológicas que permiten dar una gran cantidad de datos sobre lo que está ocurriendo casi en tiempo real en la atmósfera.

Después, la parte más importante, la que más ha cambiado en las últimas décadas, es qué se hace con esos datos, qué modelos numéricos se ponen en marcha, es decir, las proyecciones. Ahí es donde más ha cambiado la meteorología en los últimos años. Si hace 30 o 40 años hacer predicciones a a más de 72 horas era casi imposible, ahora se pueden hacer esas predicciones a largo o medio plazo con cierto grado de fiabilidad gracias a esos modelos matemáticos que tanto han evolucionado.

La tecnología de España

“Nuestro país está a la cabeza de la tecnología de observación meteorológica, pero sí es verdad que hay tecnologías a las que todavía no tenemos acceso y posiblemente tengamos que tener acceso a corto plazo”, afirma Alcalde. Todas estas tecnologías dependen de la capacidad de computación, es decir, de cuánta cantidad de datos son capaces los científicos de procesar en el menor tiempo posible, y para eso hacen falta herramientas algorítmicas muy poderosas y también ordenadores muy potentes.

Los meteorólogos pueden saber saber la evolución de una tormenta, cuánta agua tiene esa tormenta, la velocidad de los vientos convectivos, las temperaturas, las presiones y más o menos prever dónde va a depositar, con pocos kilómetros de diferencia, el agua y en qué momento esa tormenta. “Lo que no se sabe, porque no hay datos, es, por ejemplo, en qué estado se encuentra un barranco”, remarca el experto. Y es que conocer el estado de los cauces y barrancos, es responsabilidad de cada confederación hidrográfica a la que pertenece.

El futuro

Se habla mucho sobre si la inteligencia artificial podría ayudar a que las predicciones sean más fiables. Y es que, “muchos expertos consideran que ni siquiera con inteligencia artificial o con el estado en el que se encuentra la inteligencia artificial, tendríamos unos modelos ciertos, unos modelos que acertasen al 100% exactamente la cantidad de agua que va a caer a nivel local en un momento determinado”, afirma Alcalde.

Cuanto mejor sea la información obtenida, con más puestos de observación, más datos que tienen que ver con la población, el estado de los cauces, los coches o los fenómenos azarosos que pueden ocurrir alrededor. Cuanto mejor sea la computación, cuanto mejor sean los ordenadores que ponemos en marcha para hacer este tipo de predicciones, mejor. Y sobre todo, cuántos mejores sean los recursos que se emplean para pagar bien a los científicos y científicas que se están dedicando a esto y para darles lo que se merecen.