El Foco en 'La Linterna': ¿Qué riesgos corre el gobierno por acoger a Brahim Ghali?

La decisión del Gobierno de acoger a Brahim Gali, por razones humanitarias al líder del frente Polisario ha causado malestar en Marruecos

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El Foco en 'La Linterna': ¿Qué riesgos corre el gobierno por acoger a Brahim Ghali?

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

8 min lectura

La decisión del Gobierno de acoger por razones humanitarias al líder del frente Polisario ha causado malestar en Marruecos. Tu vienes a contarnos los riesgos de enfadar al vecino marroquí, también en la lucha antiterrorista. Sí, Ángel. Quiero recordar un precedente que en este caso le sucedió a Francia y que tuvo consecuencias en sus relaciones con Marruecos en un punto tan sensible como es el intercambio de información en materia antiterrorista. Marruecos, por decirlo llanamente, le cerró el grifo de la información a Francia durante más de un año. Y en este caso, quien se benefició de ello fuimos nosotros, España.

¿Y qué hicieron los franceses?

Le complicaron la vida al histórico responsable de la lucha contra el terrorismo marroquí Abdellatif Hamouchi. El incidente tuvo lugar en el año 2014 durante una visita de esta persona a París. Resulta que la Justicia francesa investigaba en ese momento dos denuncias presentadas contra él por torturas. Las habían presentado un ciudadano saharaui y por otro francomarroquí residentes ambos en el país galo. Claro, aprovechando que Hamouchi estaba en territorio francés, un juez mandó a la policía a la embajada de Marruecos para llevarle a declarar. Él se negó, dijo que la embajada era territorio diplomático y al final logró salir del país sin conocer al juez y con un enfado considerable.

¿Y cuánto tiempo duró ese enfado con Francia?

Responsables de la lucha antiterrorista española de aquellos tiempos recuerdan que esa situación duró aproximadamente un año, lo cual es un mundo en materia antiterrorista. Bueno, España asistió a aquel conflicto en calidad de testigo, incluso como intermediario entre ambas partes, pero se puede decir que aprovechó la situación. ¿Quieres que te cuente qué hizo España?

¿Qué hizo?

Condecorar al jefe antiterrorista. Se le citó en España para una de esas reuniones bilaterales que usan los políticos para hacerse una foto y el Ministerio del Interior que entonces dirigía Jorge Fernández Díaz le impuso a Hamouchi la Cruz Honorífica al Mérito Policial. Ya te digo que fuentes policiales recuerdan que fue una etapa muy fructífera de colaboración que se tradujo en decenas de detenciones y operaciones de presuntos yihadistas de manera conjunta. Había policías marroquíes en suelo español supervisando los operativos y viceversa, policías nuestros en Marruecos haciendo lo propio.

¿Y ahora hay riesgo de que nos pase a nosotros lo que le pasó a Francia?

Esta semana he hablado con responsables de la lucha antiterrorista que observan, digamos con cierta inquietud la protesta pública de Marruecos por acoger al líder del Frente Polisario. Tenemos que recordar que para Marruecos la cuestión saharaui no es cualquier cosa. Pero hay que dejar claro que por el momento al menos no hay constancia de que ese malestar se haya materializado en nada concreto. Por cierto, ¿sabes que hizo Francia para recuperar la amistad con Marruecos?

¿Condecorar también al mando antiterrorista?

Parece todo un poco berlangiano, pero así fue. Se organizó una especie de acto de desagravio en Rabat para evitar riesgos de jueces incómodos y se le otorgó una condecoración. Nada menos que la Legión de Honor. Así es como las aguas volvieron a su cauce. La decisión del Gobierno de acoger por razones humanitarias al líder del frente Polisario ha causado malestar en Marruecos. Tu vienes a contarnos los riesgos de enfadar al vecino marroquí, también en la lucha antiterrorista. Sí, Ángel. Quiero recordar un precedente que en este caso le sucedió a Francia y que tuvo consecuencias en sus relaciones con Marruecos en un punto tan sensible como es el intercambio de información en materia antiterrorista. Marruecos, por decirlo llanamente, le cerró el grifo de la información a Francia durante más de un año. Y en este caso, quien se benefició de ello fuimos nosotros, España.

¿Y qué hicieron los franceses?

Le complicaron la vida al histórico responsable de la lucha contra el terrorismo marroquí Abdellatif Hamouchi. El incidente tuvo lugar en el año 2014 durante una visita de esta persona a París. Resulta que la Justicia francesa investigaba en ese momento dos denuncias presentadas contra él por torturas. Las habían presentado un ciudadano saharaui y por otro francomarroquí residentes ambos en el país galo. Claro, aprovechando que Hamouchi estaba en territorio francés, un juez mandó a la policía a la embajada de Marruecos para llevarle a declarar. Él se negó, dijo que la embajada era territorio diplomático y al final logró salir del país sin conocer al juez y con un enfado considerable.

¿Y cuánto tiempo duró ese enfado con Francia?

Responsables de la lucha antiterrorista española de aquellos tiempos recuerdan que esa situación duró aproximadamente un año, lo cual es un mundo en materia antiterrorista. Bueno, España asistió a aquel conflicto en calidad de testigo, incluso como intermediario entre ambas partes, pero se puede decir que aprovechó la situación. ¿Quieres que te cuente qué hizo España?

¿Qué hizo?

Condecorar al jefe antiterrorista. Se le citó en España para una de esas reuniones bilaterales que usan los políticos para hacerse una foto y el Ministerio del Interior que entonces dirigía Jorge Fernández Díaz le impuso a Hamouchi la Cruz Honorífica al Mérito Policial. Ya te digo que fuentes policiales recuerdan que fue una etapa muy fructífera de colaboración que se tradujo en decenas de detenciones y operaciones de presuntos yihadistas de manera conjunta. Había policías marroquíes en suelo español supervisando los operativos y viceversa, policías nuestros en Marruecos haciendo lo propio.

¿Y ahora hay riesgo de que nos pase a nosotros lo que le pasó a Francia?

Esta semana he hablado con responsables de la lucha antiterrorista que observan, digamos con cierta inquietud la protesta pública de Marruecos por acoger al líder del Frente Polisario. Tenemos que recordar que para Marruecos la cuestión saharaui no es cualquier cosa. Pero hay que dejar claro que por el momento al menos no hay constancia de que ese malestar se haya materializado en nada concreto. Por cierto, ¿sabes que hizo Francia para recuperar la amistad con Marruecos?

¿Condecorar también al mando antiterrorista?

Correcto. Parece todo un poco berlangiano, pero así fue. Se organizó una especie de acto de desagravio en Rabat para evitar riesgos de jueces incómodos y se le otorgó una condecoración. Nada menos que la Legión de Honor. Así es como las aguas volvieron a su cauce. La decisión del Gobierno de acoger por razones humanitarias al líder del frente Polisario ha causado malestar en Marruecos. Tu vienes a contarnos los riesgos de enfadar al vecino marroquí, también en la lucha antiterrorista. Sí, Ángel. Quiero recordar un precedente que en este caso le sucedió a Francia y que tuvo consecuencias en sus relaciones con Marruecos en un punto tan sensible como es el intercambio de información en materia antiterrorista. Marruecos, por decirlo llanamente, le cerró el grifo de la información a Francia durante más de un año. Y en este caso, quien se benefició de ello fuimos nosotros, España.

¿Y qué hicieron los franceses?

Le complicaron la vida al histórico responsable de la lucha contra el terrorismo marroquí Abdellatif Hamouchi. El incidente tuvo lugar en el año 2014 durante una visita de esta persona a París. Resulta que la Justicia francesa investigaba en ese momento dos denuncias presentadas contra él por torturas. Las habían presentado un ciudadano saharaui y por otro francomarroquí residentes ambos en el país galo. Claro, aprovechando que Hamouchi estaba en territorio francés, un juez mandó a la policía a la embajada de Marruecos para llevarle a declarar. Él se negó, dijo que la embajada era territorio diplomático y al final logró salir del país sin conocer al juez y con un enfado considerable.

¿Y cuánto tiempo duró ese enfado con Francia?

Responsables de la lucha antiterrorista española de aquellos tiempos recuerdan que esa situación duró aproximadamente un año, lo cual es un mundo en materia antiterrorista. Bueno, España asistió a aquel conflicto en calidad de testigo, incluso como intermediario entre ambas partes, pero se puede decir que aprovechó la situación. ¿Quieres que te cuente qué hizo España?

¿Qué hizo?

Condecorar al jefe antiterrorista. Se le citó en España para una de esas reuniones bilaterales que usan los políticos para hacerse una foto y el Ministerio del Interior que entonces dirigía Jorge Fernández Díaz le impuso a Hamouchi la Cruz Honorífica al Mérito Policial. Ya te digo que fuentes policiales recuerdan que fue una etapa muy fructífera de colaboración que se tradujo en decenas de detenciones y operaciones de presuntos yihadistas de manera conjunta. Había policías marroquíes en suelo español supervisando los operativos y viceversa, policías nuestros en Marruecos haciendo lo propio.

¿Y ahora hay riesgo de que nos pase a nosotros lo que le pasó a Francia?

Esta semana he hablado con responsables de la lucha antiterrorista que observan, digamos con cierta inquietud la protesta pública de Marruecos por acoger al líder del Frente Polisario. Tenemos que recordar que para Marruecos la cuestión saharaui no es cualquier cosa. Pero hay que dejar claro que por el momento al menos no hay constancia de que ese malestar se haya materializado en nada concreto. Por cierto, ¿sabes que hizo Francia para recuperar la amistad con Marruecos?

¿Condecorar también al mando antiterrorista?

Correcto. Parece todo un poco berlangiano, pero así fue. Se organizó una especie de acto de desagravio en Rabat para evitar riesgos de jueces incómodos y se le otorgó una condecoración. Nada menos que la Legión de Honor. Así es como las aguas volvieron a su cauce.

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Con Carlos Herrera

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