Expósito habla con los trabajadores de una residencia: así se ha vivido la pandemia

Todos tienen punto de emoción por los que se han ido y cansancio por el trabajo realizado

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Alicia y Olga son dos de las auxiliares de la residencia del Grupo Sergesa de Boadilla. Alicia es morena y lleva gafas; Olga es rubia. Ambas aparecen con sus mascarillas y aunque tímidas se las nota contentas. Han pasado días difíciles pero ya quedan atrás. Las dos van vestidas con su pijama blanco pero la casaca de Alicia tiene unos dibujitos. Ella tuvo la mala suerte de coger el virus en el mes de abril. Este trabajo es vocacional. En condiciones normales te enfrentas a situaciones difíciles, situaciones complicadas.

Alicia y Olga, Olguita seguramente han vivido la situación profesional más complicada de su vida. Pero eso mismo le ha ocurrido a Ana, la directora de la residencia. De ella me llama la atención su determinación. Hablas con ella y se nota que tiene las cosas claras, que sabe lo que hay que hacer.Estos tres meses han sido jornadas interminables de más de 14 horas, bajo una gran presión para no cometer errores.. Y ahí Ana quiere destacar a su equipo.. Sin él esto no hubiera salido adelante me cuenta. Un equipo de más de 130 personas que ha funcionado como si de una sola persona se tratara. Y un equipo que durante este tiempo ha afrontado varias desinfecciones. Algunas de ellas, cuando todos pasaron los famosos PCRs, con la ayuda de la UME y el Ejército de Tierra. Y en medio de todo este caos. ¿Te imaginas como lo han tenido que vivir los médicos de las residencias? Pilar Lacosta es la directora médica de este centro. Viste el mismo pijama verde que la directora pero ella lleva una bata blanca encima. No ha tenido que ser fácil para ella. Lleva más de 20 años en la profesión y nunca se imaginó que tuviera que enfrentarse a algo así. Durante este tiempo el trabajo con el Hospital de referencia ha sido constante y la comunicación permanente.

Pilar, como todos lleva la mascarilla quirúrgica pero en sus ojos se ven dos cosas: un punto de emoción por los que se han ido y cansancio por el trabajo realizado aunque diga que ya ha podido descansar algo.