"La inmigración venezolana ha sufrido un proceso de degradación"

El padre Wilfran es el párroco de Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores en el barrio de San Bernardo. Cuenta la realidad social de su barrio marcada por la migración.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El padre Wilfran es el párroco de Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores en el barrio de San Bernardo. Es un barrio complicado por su situación social desde los años noventa. En él, abunda la prostitución y en los últimos años ha estado marcado por la migración. Como nos cuenta el padre Wilfran, en una casa pueden llegar a vivir cien o doscientos migrantes. Les alquilan tan sólo el derecho a vivir en una cama.

El párroco de esta iglesia es consciente de que cada vez los inmigrantes llegan peor: “En un primer momento venían los acomodados económicamente, después los profesionales jóvenes y de ahí en adelante, están llegando las familias más vulnerables. En los últimos tiempos, comienzan a llegar los que viven en entornos de delincuencia”.

A menudo, muchas familias venezolanas piden ayudan al padre Wilfran: “Me llaman familias venezolanas a mi puerta y no se que hacer. Un día les dije que solo tenía espacio. En torno a un almuerzo formamos una fraternidad los domingos”.

Wilfran apunta a que la única salida para estas personas es el emprendimiento: “Todos los auxilios que vengan de Europa tienen que ayudarnos al emprendimiento. En las circunstancias que ellos viven por mucho dinero que les den, lo utilizan en cubrir las necesidades primarias. Tenemos que ir más allá. Urgen proyectos para que monten sus empresas, sus emprendimientos”.

Por último, expresa la sensibilidad de las mujeres en su fraternidad y en el barrio de San Bernardo: “Llegamos a tener cincuenta familias en la fraternidad pero las que siempre venían eran las mujeres, son las que siempre buscan las oportunidades”.