Casi diez años después comienza el juicio del accidente del tren del Alvia en Angrois
El descarrilamiento se cobró la vida de 80 pasajeros y dejó heridos de diversa consideración a otros 145 viajeros, lo que supone el peor accidente ferroviario de la democracia.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Quiero recordarte una fecha. Es la del 24 de julio del año 2013. Estamos en pleno verano en España. Desde Madrid salen decenas de trenes a todas horas que conectan la capital con cualquier punto de nuestro país. Son las tres de la tarde cuando uno de estos trenes sale desde la estación de Chamartín con destino a Ferrol. Cuatro horas después, cerca de las ocho de la tarde el convoy llega a la estación de Orense donde realizó una parada y cambió de maquinista. Rumbo a Ferrol el tren esperaba llegar a su hora. A bordo viajaban 218 pasajeros y seis tripulantes. Son exactamente las 20.39 de la tarde cuando el interventor, segunda autoridad a bordo del tren, telefona al maquinista.
En ella se escucha al maquinista, Francisco José Garzón, indicarle cuál era la vía en la que iba a parar en la estación de Pontedeume. Mientras hablan suena la señal acústica, que según explica Renfe, indica la proximidad de la curva de A Grandeira, con un límite de 80 kilómetros por hora. Pero la velocidad no se reduce. Los dos siguen hablando durante cien segundos, mientras el tren circula a unos 200 kilómetros por hora. La llamada se corta de repente al entrar en un túnel.
Once segundos más tarde de esa llamada y tras salir de este túnel el convoy descarrila en la curva de A Grandeira en el barrio de Angrois, cuya circulación estaba limitada a 80 km/hora. La imagen del momento en el que se produce el accidente sigue a día de hoy impactando. Poco después del accidente, Francisco José Garzón realiza una llamada a la estación de Atocha de Madrid para informar de lo sucedido.
El vagón número 4 salió despedido y acabó en una calle. El 5 quedó volcado debajo de un puente y arrancado, lo mismo que el vagón 3. El 6 acabó cruzado y encima cayó el coche número 7, la cafetería, que volcó verticalmente. Detrás quedaron los coches de preferente completamente volcados, empujados por el furgón generador de cola, que explotó y se incendió tras ser empotrado por la cabeza tractora de cola. Todavía a día de hoy, miles de vecinos como Martín, que vivían en diferentes bloques alrededor de esta curva ferroviaria, siguen recordando cada minuto de ese terrible momento.
Tras el humo del impacto tocaba ver la fotografía de una auténtica pesadilla. Por un lado cientos de supervivientes trepando por maletas y cuerpos para escapar de los vagones destrozados. Por otro decenas de cadáveres en el suelo y vagones. Martín fue uno de los primeros en bajar a la calle para echar una mano.
Cientos de móviles sonaban sin encontrar respuesta mientras que los efectivos de Policía, Guardia Civil, voluntarios de Protección Civil y Cruz Roja se acercaban a la zona para poder ayudar a los heridos. Vicente nos cuenta que a pesar de los años le es imposible quitarse esta imagen de la cabeza.
El descarrilamiento se cobró la vida de 80 pasajeros y dejó heridos de diversa consideración a otros 145 viajeros, lo que supone el peor accidente ferroviario de la democracia. Algo más de nueve años después de este accidente ha arrancado el juicio del Alvia en la ciudad de Santiago de Compostela. Para víctimas como Teresa esperan que estos días se pueda por fin hacer justicia.
La investigación judicial del accidente terminó en diciembre de 2018 con el maquinista del tren y el director de Seguridad de Circulación de Adif, como únicos imputados. La Fiscalía pide para ellos 4 años de cárcel. Después de tanto tiempo empieza uno de los juicios más mediáticos de los últimos años. Hoy hablamos del accidente del Alvia que dejó 80 muertos y centenares de heridos.
Tensión y mucha expectación por ver el comienzo de un juicio que muchas víctimas llevaban esperando más de nueve años. En el banquillo de los acusados dos personas: El maquinista Francisco José Garzón y Andrés Cortabitarte, que era responsable de la seguridad en la circulación de Adif por aquel entonces. Este último fue incluso golpeado cuando se disponía a llegar al juzgado para iniciar la vista oral.
Por ese motivo hoy se ha desplegado un fuerte dispositivo policial para evitar nuevos incidentes. Hablamos de un juicio que está previsto que dure casi un año, hasta el verano que viene y en el que declararán cerca de 700 personas entre testigos y peritos. Durante la vista oral han sido tantas las alegaciones presentadas por ambas partes que la propia jueza se ha visto obligada a decir esto.
Como te digo, durante la mañana se ha celebrado la primera sesión donde hemos visto declarar al maquinista que se ha desmoronado ante la jueza y que ha pedido perdón por lo ocurrido ese día.
Además ha remarcado que él cumplió la norma y que ningún elemento de seguridad impidió que entrase por Angrois a una velocidad que era muy superior a la debida. Asegura que con los nuevos elementos que se instalaron después del accidente esta tragedia no habría pasado.
La esperanza de muchas de estas víctimas se basa sobre todo en intentar que este tipo de tragedias no se repita nunca más. Y para ello es necesario la implantación de reformas que permitan que estos trayectos ferroviarios sean mucho más seguros. El temor para los pasajeros que realizan el trayecto Madrid Ferrol es poder repetir un nuevo incidente en esta curva de Angrois. Diego cuenta que después de lo que sucedió es muy poco probable que se produzca un accidente en esta zona. Ha habido mejoras en la circulación, en las formas de frenar... decisiones que se han tomado teniendo en cuenta la necesidad de adaptarse a los protocolos europeos.
No debe de ser nada fácil que después de tanto tiempo se celebre un juicio que te haga recordar momentos tan trágicos como los que se vivieron ese día de julio del 2013. Jesús es una de las víctimas de este accidente. Afortunadamente él y su familia lo pueden contar. Para Jesús el avance de las investigaciones le hizo ver que no sólo hay dos culpables en este asunto. Considera que detrás de todo este accidente hay muchos más implicados que han tenido la culpa de que esta tragedia sucediera. Resta por lo tanto de responsabilidad al maquinista y culpa a ADIF. Considera no había ninguna señal ni lateral ni en cabina y que frena demasiado tarde para evitar el descarrilamiento. Al final es un juicio para ayudar a las víctimas y conseguir también mejorar la situación de algunos tramos de vías. Zonas que podrían provocar en un futuro peores accidentes que los que ocurrieron en la curva de Angrois.
Hemos hablado del inicio del juicio del accidente del Alvia. Una tragedia que dejó 80 muertos y 145 heridos. Más de nueve años han pasado para que comience un juicio que esperemos que haga justicia para todas las víctimas y ayude a que nuestras vías ferroviarias sean mucho más seguras.