Expósito te cuenta las historias que hay detrás de muchos refugiados ucranianos
Cumplimos ya 250 días desde que Putin decidiera dar la orden de invadir Ucrania. La Linterna te cuenta tres historias que reflejan la cruda realidad que viven hoy los ucranianos.
Madrid - Publicado el - Actualizado
6 min lectura
Cumplimos ya 250 días desde que Putin decidiera dar la orden de invadir Ucrania. Durante todo este tiempo las tropas rusas han ido ocupando varias regiones ucranianas... su intención fue en un primer intento llegar a Kiev pero no esperaban que su enemigo fuera a estar tan preparado. Moscú empezó a replegar ocupando tan solo la zona del Dombás... una región en la que empieza a perder el control gracias a la contraofensiva de los militares ucranianos.
Hace unos días nos enterábamos que Rusia estaba pasando verdaderas dificultades en algunos puntos concretos de la región de Jersón. El avance de la contraofensiva ucraniana llevó incluso a que desde Moscú anunciaran la evacuación de algunas localidades de esa zona. Cuando conocimos la noticia hablamos con Vitaly Suárez, hijo de un empresario español que tiene negocios en Ucrania.
La evacuación ya ha sido dada por finalizada después de que cerca de 80 mil personas hayan sido movilizadas. Vitaly fue una de ellas tras ser obligado junto a su mujer y una niña a salir de la ciudad en la que ha pasado gran parte de su vida. Recogieron como pudieron las maletas, se subieron a uno de los barcos y llegaron a Zelezni port un pueblo a unos 100 kilómetros de Jersón que está pegado al Mar Negro.
Pronto, en pocas semanas, llegará el invierno... y las temperaturas empezarán a estar por debajo de los cero grados. El frío constante y el viento junto al río Dniéper hace que la sensación térmica sea mucho menor. A todo eso súmale que hay varios cortes de luz durante el día y que por lo tanto hay muchas dificultades para poner la calefacción.
Desde que se iniciara este conflicto Vitaly fue uno de los encargados de llevar comida y medicamentos a todos aquellos que más lo necesitaran en la región. Se jugaba el tipo... te recuerdo que Jersón fue la primera zona que Rusia consiguió ocupar. Ahora la situación se ha complicado y la gente que ha sido desalojada junto a él lo empieza a pasar verdaderamente mal.
Vitaly es uno de los ejemplos de ucranianos que han aguantado en una de las zonas más conflictivas de esta guerra pero que finalmente han sido obligadas a desalojar su ciudad. Ahora quiero contarte otro ejemplo, el de Alona que a pesar de los meses sigue viviendo y resistiendo en la ciudad de Kiev.
La capital de Ucrania ha sido siempre el principal objetivo para Rusia desde el primer momento. Sin embargo los ucranianos gracias a su conocimiento del terreno y a la ayuda militar ofrecida por la Unión Europea y por Estados Unidos consiguieron frenar el avance de las tropas rusas. En la ciudad miles de ciudadanos huyeron pero otros miles decidieron quedarse aún sabiendo que sus vidas corrían peligro. El túnel del metro, los garajes subterráneos o los búnkeres de la época soviética han servido para poder protegerse. Allí permanece Alona que ha decidido permanecer en Kiev junto a su familia.
Muchos de sus compañeros y amigas ya no están en la ciudad porque han huido tras los intensos bombardeos que a día de hoy siguen cayendo sobre la capital. Por ejemplo su prima está ahora en Francia aunque nos cuenta que más pronto que tarde tendrá que regresar de nuevo.
En todo el país, incluido Kiev están sufriendo muchos cortes de electricidad lo que está provocando que muchos días Alona y su familia no puedan usar la calefacción ni hacer una vida normal. Pero eso no le preocupa porque sus padres que han vivido épocas mucho más complicadas saben algunos trucos con los que poder salir adelante. A pesar de estas embestidas la ciudad parece que siempre resurge y aparenta que vuelve todo a la normalidad. Los vehículos circulan con fluidez, las tiendas siguen abiertas y siguen apareciendo nuevos negocios. Alona es guía turística ha decidido reconvertirse para seguir trabajando de lo suyo. Pero es imposible no estar pendiente de lo que está pasando sobre todo en la zona del Dombás... Alona espera que la guerra acabe pronto y que sean las tropas ucranianas las que salgan victoriosas.
Alona se ha quedado en Kiev a pesar de los bombardeos. Pero ahora quiero contarte la historia de Olena que tras sufrir de cerca las consecuencias de la guerra decide huir y acabar en un pequeño pueblecito de Granada. Quiero llevarte hasta una de estos lugares que han sido atacadas de manera constante por el ejército ruso. Es Jarkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania después de Kiev. Antes del conflicto era una zona en la que vivían cerca de dos millones de habitantes y que se había convertido en uno de los principales centros industriales, culturales y educativos del país. Pero todo cambió cuando de la noche a la mañana se empezaron a acostumbrar a este sonido.
Eso ocurrió hace algo más de ocho meses... a partir de ese 24 de febrero la vida de muchos ucranianos no volvió a ser la misma. Sobre todo en esta ciudad de Jarkov que durante los primeros días de conflicto estuvo sufriendo un auténtico asedio y lluvia de misiles. Imagínate la situación de estar con tu familia, escuchar esas explosiones diarias y ver que cada vez la diana y el objetivo está más cerca de tu casa. Algo parecido le ocurrió a Olena Shadrina. Quiero que prestes atención a su historia porque es la realidad que han sufrido muchos ucranianos a lo largo de estos meses. Tiene 30 años y vivía con su madre en un edificio de varias plantas en Jarkov. Los primeros días decidieron aguantar la embestida pero distintos ataques dirigidos contra los pisos superiores donde se encontraban les obligaron a abandonar todo y dejar su país.
A través de carretera realizaron miles de kilómetros para poder llegar hasta Leópolis... después cruzaron andando la frontera hasta Peremyshl... para que te hagas una idea tuvieron que caminar cerca de 120 kilómetros... una vez allí cogieron un autobús hasta llegar a España, concretamente a Granada donde vive un tío de Olena. Allí comienza una nueva etapa para ellos que está lleno de pequeños gestos de solidaridad.
Una vez llega a Granada se aloja en el apartamento de su prima durante varias semanas. Tras ese tiempo le llega una inesperada propuesta. Le ofrecen una casa de campo en una localidad ubicada en la parte oriental de la comarca de la Vega de Granada... se llama Quéntar y tiene una población de menos de mil habitantes. Su historia es un auténtico ejemplo de superación.
Hoy hemos hablado de la historia de Vitaly, Alona y Olena. Tres ejemplos que representan lo que muchos ciudadanos ucranianos están sufriendo debido a un conflicto que ya cumple 250 días. En el caso de Olena, gracias a la solidaridad de Cáritas castrense y del ayuntamiento de Quéntar, tanto ella como su madre están pudiendo rehacer su vida dejando atrás un auténtico infierno.