La isla de La Palma, un año después de la erupción del Cumbre Vieja

A día de hoy cerca de 200 afectados todavía no tienen donde vivir y se hospedan en hoteles mientros otros siguen esperando las ayudas por parte de las instituciones.

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La isla de La Palma, un año después de la erupción del Cumbre Vieja

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Hay muchos momentos en la vida en la que nos damos cuenta que hay cosas que se nos escapan, que están por encima del ser humano y que nada se puede hacer ante la fuerza de la naturaleza. Y eso es lo que nos ocurrió hace un año. Era un domingo por la tarde cuando a la hora de comer, a las tres y once exactamente el volcán Cumbre Vieja se hacía notar. La verdad es que llevaba 9 días avisando con enjambres sísmicos. La gran incógnita era el lugar exacto en el que sucedería la explosión. Finalmente la tierra se abría en la zona de Cabeza de Vaca y comenzaba un sonido que seguro que aún recuerdan los 84 mil palmeros que viven en la isla.

Era un ruido permanente similar al de un avión en pleno vuelo. La lava de un color rojo intenso salía hacia el exterior generando una mezcla de miedo, incertidumbre, novedad e hipnotismo. Pronto este volcán dio muestras de su furia formando grandes coladas que avanzaron con gran rapidez arrasando todo a su paso. Más de 7 mil personas fueron evacuadas en los municipios de El Paso, Los Llanos de Aridane y Tazacorte.

A todo ello hay que sumar la gran cantidad de ceniza que había. Todavía recuerdo cómo desde el mirador de Tajuya donde hicimos el programa no dejaba de caer constantemente ceniza como si fuera una lluvia fina. Se llegó a acumular hasta cuatro metros de altura en algunos puntos. Más de 70 kilómetros de carreteras fueron sepultadas por la lava mientras que cerca de 400 hectáreas de cultivo arrasaron el futuro de muchos plataneros.

85 días duró una erupción en el que la lava llegó a tocar el mar formando una fajana de 50 hectáreas. Para que te hagas una idea de su dimensión, en ella cabría el Estado del Vaticano entero. El 25 de diciembre se puso fin a la actividad volcánica y comenzó la odisea de muchos vecinos para intentar volver a la normalidad. A día de hoy cerca de 200 todavía no tienen donde vivir y se hospedan en hoteles. Otros siguen esperando las ayudas por parte de las instituciones.

Un año después hay imágenes que todavía son difíciles de olvidar. Fotografías e instantes que quedan en la retina. Una de ellas es la del fuego que poco a poco iba avanzando y quemando edificios como el del colegio de los campitos. Era un pequeño centro educativo donde estudiaban cerca de 50 alumnos.

Ahora y después de tanto tiempo los pequeños ya se han instalado en un nuevo colegio. Algunos de ellos llegaron incluso a perder sus viviendas. Un palo muy duro para unos niños que poco a poco han conseguido salir adelante. Ahora en su nuevo cole no se intenta borrar la huella del Cumbre Vieja. Todo lo contrario. Se enseña que en una isla como La Palma hay que convivir con la posibilidad de que estas cosas pasen. Además para los profesores es necesario seguir recordando lo que fue su antiguo centro educativo. Y todo ello con la promesa de un nuevo proyecto: El de un colegio que pueda ayudar a sustituir al antiguo “Campitos”.

Durante todos esos días estuvimos también muy pendientes de un edificio concreto que se ubicaba en el municipio de Todoque. Los ríos de lava se zamparon la iglesia y el campanario y fue un auténtico golpe a la moral de los vecinos que estuvieron concentrándose allí durante los primeros días de erupción. El párroco de esta iglesia es Alberto Hernández. Palmero de 41 años ha conseguido volver a oficiar misas reuniendo a las comunidades parroquiales de Todoque y de La Laguna en el templo de San Isidro.

El tiempo está ayudando a que la isla vuelva a recuperar cierta normalidad. Sin embargo las ayudas no llegan por parte de las instituciones y a día de hoy, todavía casi 200 personas siguen viviendo en hoteles porque no tienen otro lugar donde alojarse. Durante los días de erupción, el hartazgo, la desolación y la impotencia fueron sustituyéndose por diferentes iniciativas solidarias para poder echar una mano. Una de ellas es la de Alfonso que dirige una productora audiovisual especializada en grabar paisajes. Se dispuso a viajar a La Palma para hacer fotografías y pronto se dio cuenta de que lo que captaban sus drones podían ayudar a los vecinos afectados. Miles de imágenes que le han marcado para siempre.

Alfonso ahora a decidido recopilar todo en el libro “Otras historias del volcán” donde publica todas las espectaculares fotografías que ha sacado durante su estancia en La Palma, acompañadas de los testimonios de los vecinos de la isla y cuyos beneficios van a ir para los protagonistas de esta historia, los palmeros. Alfonso nos cuenta que la lucha se centra ahora en las nuevas generaciones que están por llegar.

No hay que olvidar que cuando hablamos de Canarias hablamos de unas islas que tienen un origen volcánico. Esta erupción es sin duda la peor y más larga de la historia de La Palma. El cono volcánico se ha levantado 187 metros de altura y hay zonas que están por encima de los 400 grados centígrados. Todavía un año después hay barrios que son completamente fantasmas como La Bombilla o Puerto Naos que debido a los gases letales que el volcán sigue desprendiendo.

Un año después hemos querido recordar lo que pasó en La Palma tras la erupción del Cumbre Vieja. Mil hectáreas arrasadas, 2500 edificios afectados por el volcán y alrededor de 7000 vecinos fueron evacuados. Después de todo este tiempo todavía muchas ayudas no han llegado. Nosotros seguiremos acordándonos de los palmeros e intentando que cuanto antes puedan recuperar la normalidad.

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