El Juan Sebastián Elcano desde dentro

Estamos en la sala de máquinas de el Juan Sebastián Elcano y el encargado responde que entre ir a motor a vela “siempre que se puede vamos a vela”. Salimos rumbo a Bilbao a bordo del emblemático barco de la Armada

El Capitán de Corbeta Carlos Aragón es el jefe de estudios del barco. A bordo los alumnos reciben formación académica junto con una serie de asignaturas que puedan practicarse a bordo. “También llevamos a bordo alumnos de infantería marina pero hay que adaptarle materias específicas para ellos. Esta promoción trae 70 alumnos más dos alumnos de intercambio”, asegura el capitán.

Hasta la llegada al Juan Sebastián, “lo máximo que han estado en la mar ha sido un mes, ganan en madurez responsabilidad y calidad humana y social, es una etapa fundamental, es más, me atrevería a de decir que es el curso más importante de su etapa” asegura Carlos Aragón.

Sobre el día a día, cuando los alumnos llegan se acoplan al régimen de guardia que tienen allí y eso lo compaginan con las asignaturas que tienen en el horario. as clases son de lunes a sábado y tienen 9 periodos lectivos en un día. Empiezan a las 8:05 hasta los 12:20 y de 15:00 a 17:20.

El Cabo primero Luis es quien manda en la cocina. ¿Cómo se organiza una cocina para 250 durante 6 meses? “Con experiencia”, sentencia el cocinero. Tienen dos cámaras, una de carne y otra de pescado. “Se come bastante en el barco y estamos a tope pero se trabaja muy bien y a diario trabajan 4 en cocina” añade Luis. Los menús se encarga de elaborarlos el suboficial de víveres. “La gente dice que están satisfechos con la comida, pero no sé si lo hacen para hacerme la pelota y que les ponga más al día siguiente”, asegura el Cabo.

Otra figura importante dentro del barco es el Pater, don Francisco Vivancos, que se dedica al acompañamiento de los católicos, acompañamiento moral, a tratarles, quererles y que tengan una persona en quien puedan hablar y contarle sus cosas e inquietudes. “Para mi es muy gratificante la labor que se hace a bordo”, afirma el sacerdote.

El trabajo a bordo del cura es más de hacer amigo que sacerdote o psicólogo, cuenta don Francisco y lo que hace que la gente acuda a él es que vean que es alguien que les quiere. “Hay que estar con ellos, participar en las actividades. Que el Pater sirva de referencia y que sirva de unión entre la tropa y los oficiales”, asegura el Pater.