Juan García Arriaza se lleva un aplauso por mantenernos con vida mientras lucha por tener una justa y estable
Julio César Herrero ensalza a este y a todos los científicos que enlazan un proyecto tras otro para poder vivir
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A Juan García Arriaza
Seguramente su nombre ni les suene. Con un poco de suerte, es probable que no se olviden de su nombre en la vida. Es uno de los científicos del CSIC que está liderando la investigación para conseguir una vacuna contra el coronavirus. Acabó la carrera con 23 años, se doctoró, y se puso a investigar. Desde el 2006 trabaja a las órdenes del equipo que lidera el científico Mariano Esteban.
Qué bien todo ¿verdad? Pues no. Este hombre está contratado por proyectos. Cuando finaliza uno pierde su trabajo. Es decir, para poder vivir, lleva enlazando proyectos desde los 23 años. Y tiene 46. ¿Y saben qué? Que su contrato finaliza a finales de año. ¿No es estupendo? “Gente que va evolucionando en su carrera científica, va adquiriendo cada vez mayor conocimiento, más responsabilidades... pero desde el punto de vista laboral no consigue una estabilidad, no hay plazas suficientes para acoger a toda la demanda de científicos que estamos en una situación inestable”. Así es como lo cuenta García Arriaza. Y para poder seguir investigando necesitan buscar una beca o hacerse con un proyecto nuevo. Y van viviendo. Y cuando llega una situación como la que tenemos ahora, miles de personas van muriendo.
Y he pensado que, con un poco de suerte, igual toda esta historia -la de la pandemia- nos sirve para darnos cuenta no de que la ciencia es importante sino de que los investigadores deben tener unas condiciones razonables de trabajo. Y en algún momento, cuando pensaba sobre esta historia – la de este investigador- he imaginado que quizá ahora haya más jóvenes que quieran ser científicos. Y se me ha ocurrido que, ya que pedimos a la ciencia que nos mantenga con vida, igual no estaría mal que exigiéramos que a los investigadores se les diera una justa, o al menos estable. Mientras eso llega, y aunque sirva de poco, este aplauso reconoce y agradece el trabajo de Juan García Arriaza y de todos los científicos en su situación.