Expósito: “Los ministros del PSOE se rinden ante Sánchez como si estuvieran en Pyongyang ante Kim Jong-un”
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El director de ‘La Linterna’, Ángel Expósito, analiza la gestión del Gobierno de España durante la desescalada y se pregunta por qué ocultan los nombres de los expertos.
Reiniciamos semana de confinamiento. Llevamos más de dos meses así y, poco más o menos, lo que nos queda. La mayoría de España está en la Fase 1. Las islas más pequeñas están en Fase 2 y Madrid, capitales de Castilla y León y Barcelona y alrededores seguimos en la Fase 0. Reconozco que tengo un montón de sentimientos encontrados.
Expósito analiza el proceso de desescalada
Empezando por el principio. Debo ser un iluso o un tipo muy disciplinado y formal, pero yo quiero creer a mi Gobierno, a pesar de quienes lo conforman. Visto lo visto y muertos los muertos, quiero creer que, en efecto, Madrid debemos esperar.
Yo he visto el miedo en los ojos de Sonia, la enfermera de la UCI. Y he oído el relato atroz del colapso de una Unidad de Cuidados Intensivos en boca de Juanjo, el jefe de esa unidad. Y aún he visto a decenas de pacientes boca abajo, intubados.
Quiero creer que es una semana más. Que lo vivido y lo fallecido en Madrid o en Barcelona, bien vale esperar un poco. El problema es que acto seguido y, tras mi obediencia, me doy cuenta de que NO ME FÍO de este Gobierno. Y menos aún de los dos que mandan.
Y aquí hago un paréntesis. Los ministros (y ministras del PSOE) obedecen y se rinden ante Sánchez como si estuvieran en Pyongyang ante Kim Jin-un.
Y las ministras y ministros de Podemos adoran a su líder ¡Oh! amado líder como los chavistas a Chaves. Y le aman, rezan, temen y tragan como si Pablo Iglesias fuera Diosdado Cabello. Y acabarán peregrinando al casoplón de Galapagar... al tiempo.
Expósito, sobre los expertos de la desescalada
¿Por qué no nos dicen quiénes son los técnicos, funcionarios y científicos que deciden el desescalamiento? ¿Por qué? Aunque sus ministros y ministras les adoren como al tótem, como a jefes de sus sectas, yo no. Yo les pago el sueldo, yo voto, trabajo y cotizo y yo tengo que saber de quiénes depende mi vida y mi libertad porque si no sospecho. Porque visto lo visto y muerto los muertos, no me fío.
Que nos oculten esos nombres es un escándalo. Una vergüenza. Y lo siento porque yo obedezco y cumplo, pero a la vez siento que me están ocultando algo.
Y llego así a la tercera pata de mis propias contradicciones. Resulta que yo cumplo las normas, a pesar de que el Gobierno me oculta los nombres, y llegamos a la guinda del pastel: Y es que, en sitios como el País Vasco, con peores ratios que Madrid, nos aventajan en semanas de desescalada. Pues se siente. Tampoco me fío. Porque en el País Vasco gobierna el PNV con el PSOE. Y en el Congreso, Sánchez necesita al PNV como el comer.
Conclusión: Hago lo que me pidas y, a cambio, prolongo el estado de alarma un mes más. Así, de golpe. Un mes para hacer y deshacer en el Boletín Oficial del Estado. Un mes más para llegar a julio o, lo que es lo mismo, hasta septiembre con el Parlamento cerrado.
Concluyendo, que tragamos como gente de bien y gente de orden pero eso no quiere decir que seamos gente gili... que seamos idiotas.
Tragamos por responsabilidad, por miedo y por respeto a nuestros héroes pero no nos fiamos. Yo no me fío del líder ¡Oh amado líder! de la revolución chavista. Porque he visto lo que han hecho y hacen allí. Cómo es un régimen subsidiado y atemorizado.
Reiniciamos semana de confinamiento. Llevamos más de dos meses así y lo que nos queda... Y no me gusta un pelo.