Expósito: “El proceso en Venezuela es inexorable... el tema es cuándo”

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Era cuestión de tiempo. Desde que el pasado 24 de enero Juan Guaidó se proclamara presidente encargado de Venezuela, era cuestión de tiempo. Con aquel pronunciamiento se inició un proceso inexorable. La caída de Maduro era y es cuestión de días o de horas. Y con él, la caída del régimen chavista que sustenta al propio Maduro como a un espantapájaros.

La caída inexorable de un régimen liderado por Diosdado Cabello y una corte de generalotes pagados de sí mismos y pagados por el petróleo y los minerales de su propia Venezuela. Pagados como multimillonarios por la corrupción del régimen y el narco-estado que les impuso los galones. Generalotes que mantienen sus inmensas fortunas fuera de su país, allí donde sus familias disfrutan de una vida de lujo y placer.

Todo ello, a la vez que los venezolanos se mueren como las ratas. Se mueren de hambre, de miseria y hasta de vergüenza. Mueren andando por Colombia en una crisis de los caminantes olvidada por el mundo. Las mujeres mueren prostituidas, violadas, tratadas como mercancía y mueren a tiros por cualquier cosa. Por unas botas como me advirtieron a mi o por un teléfono móvil. Varias claves para analizar la compleja realidad venezolana:

1.- El inexorable proceso pacificador. Porque de eso se trata. Venezuela es el país con más muertes violentas en el mundo. Venezuela cuenta con 81,4 homicidios por cada 100.000 habitantes. En 2018 murieron 23.000 personas asesinadas. La mitad fueron homicidios, pero otros 7.000 asesinatos son por “resistencia a la autoridad”. Dicho de otro modo, la tercera parte de los muertos lo son a manos del Gobierno, de la policía o de los militares. Por no hablar de la trata de venezolanas. Se calcula que este 2019, si siguen así las cosas, podrían ser víctimas de trata más de medio millón de personas.

2.- El hambre y la miseria son insoportables cuando se desarrollan hasta el infinito sobre un mar de petróleo y riqueza. Me daba vergüenza asistir a las colas interminables de miles de venezolanos hambrientos, miles de mujeres ancianas, jóvenes, niñas, haciendo cola para lograr un cachito de papel higiénico con el que limpiarse después de ir al aseo. ¿Te lo imaginas? Un trozo de papel toilette por hacer pis, y gracias. El hambre huele, huele fatal. Huele a indignidad. Por eso, el levantamiento contra el narco estado es ineludible.

3.- Venezuela en América. Venezuela mirando a Cuba, al resto de la organización de estados americanos. Una Venezuela fundamental en el suministro energético de Cuba con todo lo que ello simboliza. ¿Cómo va a subsistir el régimen de los Castro después de que Guaidó sea presidente? ¿Cómo se va a garantizar el suministro de lo más elemental en Cuba? Otro cantar es la vuelta de la masa de refugiados que deambulan y se someten en Colombia, Brasil, Ecuador y el resto de América Latina.

4.- Venezuela en el mapamundi. Su interés geoestratégico para Rusia y para China. Y claro está, para estados Unidos.  Era cuestión de tiempo el acuerdo en el mapamundi. Rusia tiene salida al Mediterráneo y al sur, por Tartush en Siria y por Crimea, mientras China se garantiza el suministro energético en África y Estados Unidos. Tranquilito en Oriente Medio y con Venezuela en el redil. Ese era el reparto geoestratégico y ¡ojalá! haya funcionado.

Y por último, 5. Venezuela y España. ¡Qué oportunidad! para reimplantarnos en el continente americano como corresponde, ni más ni menos. Sin las hipotecas de unos socios de Podemos que ya no son necesarios.

En conclusión, las próximas horas son clave tras el levantamiento inexorable y tras un futuro asegurado. Solo queda saber hasta cuándo y cómo se cumple  con el futuro y con la historia de Venezuela.