"El cúmulo de circunstancias climáticas y geológicas no hacen que lo que pasó ayer fuera previsible del todo"

Expósito analiza en La Linterna las consecuencias de una DANA que ha dejado decenas de muertos en varias regiones de España

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Sinceramente, por mucho que ahora nos pongamos estupendos, creo que la magnitud y el cúmulo de circunstancias climáticas, geológicas, no hacen que lo que pasó ayer fuera previsible del todo. Es cierto que se sabía que iba a llover mucho, que había alertas, que había advertencias, pero nadie podía imaginar la magnitud y el punto concreto de la catástrofe. 

En este momento, 24 horas después del caos más absoluto y todas las horas de la madrugada, me quiero acordar especialmente de los servicios de emergencia, de los servicios de rescate, de esos héroes en helicóptero, de esos bomberos a pie, de esos policías o guardias civiles que algunos han vuelto a caer en el desastre.

Parece claro que no se avisó lo suficiente. Tiempo habrá de buscar responsabilidades, de mejorar los sistemas, de adecuar las alertas ante algo que seguro e inexorablemente se va a repetir en el tiempo, pero parece claro que no se avisó lo suficiente. Más allá, como digo, de que la magnitud era imprevisible, al menos de manera exacta.

No me puedo ni imaginar el miedo que tuvo que pasar toda esa gente, la angustia y el terror. ¿Cómo tiene que ser, ponte en situación, morir así? Arrastrada por una masa de agua, de barro. ¿Y ahora qué? ¿Te imaginas cómo va a ser mañana, pasado, cuando salga el sol, cuando se empiecen a retirar los coches, el barro, los muros, más cadáveres que aparecerán día tras día? Esa gente cómo tiene que reconstruir sus vidas, cómo se podrá curar el miedo que han pasado, la angustia, las despedidas.

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