"Un Donald Trump mujeriego y pendenciero y una Kamala desaparecida 4 años y que llega tarde; nadie sabe qué va a pasar"

Ángel Expósito analiza en La Linterna las horas previas a que se cierren las urnas electorales en Estados Unidos

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Lo que es la vida. Desde allí, desde Valencia, desde esa ribera anegada y mortal del río Magro nos venimos a las elecciones de Estados Unidos. Estamos en Miami, como dicen por aquí, la capital de hispanohamérica. Y es que el mundo está entre guerras en Ucrania y Oriente Medio, pendientes de Donald Trump, para muchos un personaje histrionico o de Kamala Harris, para tantos otros un bluff. 

Temas: las armas, debate eterno sobre su regulación, imposible en un país donde hay 120 armas de fuego por cada 100 habitantes; el aborto como ejemplo de la esquizofrenia de Estados Unidos, el aborto libre por el que votarán muchas partidarias de Donald Trump y al revés, en este asunto gana a Kamala Harris; y un tercer tema, Estados Unidos en el mundo. Quién tendrá que pelearse con Putin o con Kim Jong Un, con los ayatolás o con Netanyahu. En este tema gana por goleada Donald Trump.

Claro, luego está la inmigración. Una inmigración infinita desde cualquier lugar del planeta hacia Estados Unidos, con la paradoja, quizás lógica, de los millones de inmigrantes de aquí que no quieren que venga ni uno más. Mira, María es una amiga inmigrante argentina que vota por primera vez aquí tras muchos años indocumentada. Le pregunto si es verdad si ella recomendaría el sueño americano y dice que no.

Entre los candidatos, Donald Trump, 78 años, líder reconocido de aquel vergonzoso asalto al Capitolio. Y ahí está el tío. Para muchos el gran favorito salvo pucherazo, eso dicen sus fans. Un Donald Trump que vende miles de camisetas con su imagen del atentado del 13 de julio en Pensilvania, con la foto de la herida sangrando en la oreja.

Un Donald Trump mujeriego, pendenciero, cliente de prostitución, con varios casos abiertos con Hacienda y con una inmensa cantidad de estadounidenses que le admiten y que le perdonan todo. Enfrente, una Kamala Harris, vicepresidenta de Joe Biden, desaparecida durante cuatro años que a todas luces ha llegado tarde, pero es mujer, mestiza de padre jamaicano y madre india, jurista de prestigio y eternamente sonriente hasta el exceso. Una Kamala escoltada siempre por los Obama y los Clinton.

En fin, elecciones en Estados Unidos, duelo al sol a estas alturas en plena jornada electoral, entre Trump y Kamala Harris nadie sabe qué va a pasar en las próximas horas.