"No entiendo que, con la que está cayendo, la prioridad sea reducir la jornada de trabajo; es populismo"

Ángel Expósito analiza La Linterna la propuesta de la jornada laboral de 4 días, a la que se abre ahora la oposición

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El orden de los factores no afecta al producto, debe ser de las pocas claves de matemáticas que recuerdo. El orden en que informemos de una semana tan repleta como esta no afecta a dos consideraciones fundamentales. La primera, como decía Mafalda, pare en el mundo que yo me bajo y, si no, mira en Oriente Medio, Rusia, Venezuela, México, África entera. Y la segunda, esta casa es una ruina. O dicho de otro modo, este Gobierno es imposible. Y como diría aquel, ahí está el tío. 

La guerra continúa en Oriente Medio, y confundimos deseos con realidad cuando atisbamos una tregua en el suelo del Líbano entre Israel y los iraníes de Hezbolá. Ojalá, pero esas bestias de Hezbolá son terroristas. Made in los Ayatolás, y Netanyahu ha pasado de ser un cadáver político en casa a parecer el Capitán Trueno.

Zelensky pidiendo más y más ayuda a Estados Unidos y Europa, y todos pendientes de las elecciones a la Casa Blanca. Mientras Putin, claro, sigue a lo suyo, inasequible a su modelo de Unión Soviética, y al eje Irán, Venezuela o Corea del Norte y los Ortega en Nicaragua. Menuda banda.

México se inventa un conflicto diplomático con el Rey Felipe, como un paraguas para tapar sus miles y miles de desaparecidos, miles y miles de asesinados, miles y miles de miembros del crimen organizado. Para ocultar los territorios convertidos en estados fallidos. Eso sí, según Pedro Sánchez, una pena porque se trata de un gobierno pro-gre-sis-ta. Ja, como el nuestro.

Maduro que llama a la movilización de sus fuerzas armadas contra la CIA y contra el CNI, dice que por organizar atentados en Venezuela. Lo que viene siendo un mono con una caja de bombas, está como una cabra. Por cierto, con los dos españoles detenidos, vete tú a saber dónde, desde hace semanas y de los que no sabemos nada.

En casa, la justicia tumba la querella de Ábalos contra The Objective y contra la colega Ketty Garat por contar las razones de su salida del Gobierno. La jueza archiva la causa tras las declaraciones de varios testigos, tras las pruebas, tras las informaciones contrastadas... En fin, los viajes, los amigos, el parador, el karaoke, las mascarillas, los billetes, los escoltas, Koldo y las amigas.

      
             
      

Resumen de la semana en la Sánchez Family. No ganamos pa' disgusto, familia. Sobre La Doña, el juez podrá seguir investigando a Begoña, ahora por el software de la Complutense. Otro juez desestima la petición de la esposa del presidente del Gobierno y permite a El Confidencial seguir informando sobre esta señora, y digo yo, estaría bueno.

En la misma línea, otra perla de esta semana. La justicia avala que la UCO sigue investigando los correos en la Diputación de Badajoz y, por lo tanto, la Guardia Civil sigue investigando al brother artista de Pedro Sánchez. Ya sabes, ni chapa en España, cobrando y pagando en Portugal.

Desde Suiza, en Waterloo o en Barcelona, con todo el descaro, Puigdemont aprieta pero no ahoga. Pone de rodillas a Sánchez, le hará humillarse hasta la vergüenza infinita, pero no le va a dejar caer. Porque le conviene. Les conviene. Y nos van a sacar hasta el último euro posible. Las broncas con Esquerra o el bla bla bla son fuegos artificiales. Para la parroquia. Puro cinismo.

      
             
      

Lo del saco de progresistas es una coña. El PNV, Puigdemont, Rufián, Pablo Iglesias, Otegi, Yolanda Díaz, López Obrador en México... Lo próximo será decir que Maduro o Xi Jinping, o Mohamed VI, déjate, son progresistas en opinión de Su Sanchidad. Y si no, al tiempo.

Otra mala noticia para la factoría Moncloa Productions. Han pillado al tal Alvise Pérez con el carrito del helado. Se esfuma otra excusa de la fachosfera. Se esfuma el tal Alvise en su propia salsa.

Ah, y mi postdata: sinceramente, no entiendo con la que está cayendo que la prioridad y el debate económico-laboral sea reducir la jornada de trabajo. O sea, otro pedazo de eufemismo para trabajar menos pero cobrar lo mismo. ¿Quién va a pagar esto? Pues el 70% de la economía española, que son pymes, autónomos o micropymes. Y, si no, al tiempo. La medida es populismo. Lo diga Yolanda Díaz o lo diga Feijó con matices.