"Esta guerra se detendrá algún día, como todas, pero será mentira otra vez"

El director de "La Linterna de COPE" analiza el conflicto en Oriente Próximo, justo cuando se cumple un año del primer ataque de Hamás a Israel

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Un año después, 7 de octubre, hoy es otro de esos días para las frases hechas. El día que cambió el mundo, hacia la tercera guerra, guerra total en el polvorín de Oriente Medio. Suele ocurrir cuando es imposible valorar el futuro, recurrimos a titulares comunes y así no fallamos.

¿Cómo acabará esta guerra en Oriente Próximo? ¿Cuándo, hasta dónde están dispuestos a llegar Netanyahu y los ayatolás? Si algo hemos aprendido de la bestialidad de hace un año, es que detrás de todo esto está Irán. Tras Hamás y aquel ataque, tras Hezbollah y los cohetes cada 2x3 desde el Líbano, tras el régimen sirio, tras las revueltas en Irak, el régimen chi ha declarado la guerra a Israel, pero que se maten otros. Palestinos, libaneses, sirios, hutíes, quien sea, excepto los antiguos persas. 

Analicemos el estado de la región por protagonistas. Israel recibió el ataque el 7 de octubre entre el estupor, la incredulidad, el horror y el ridículo de sus servicios de inteligencia y defensa. A partir de esos 1.200 muertos y 253 secuestrados, solo cabía esperar la respuesta. Y ahí juega un papel fundamental la situación política y hasta personal del propio Netanyahu. Acosado judicialmente, con las encuestas en negativo y con unos socios ultras que le hacen más ultra todavía. Un Netanyahu que terminará de aplastar la franja de Gaza, si es que queda algo, y medio Líbano. Pero también él terminará y sus socios como gobierno, por mucho que se queden eternos y que la guerra haya paralizado, lógicamente, la política doméstica. De ahí el contraataque bestial de Israel contra Hamás en la franja de Gaza, arrasando esos 400 kilómetros cuadrados a sangre y fuego. Pero, ¿Qué pasa? Pues que ni así. Puerta a puerta y túnel a túnel, Israel no ha acabado con Hamás. Tras ese frente, el Líbano, que ha resultado como atacar al Consejo de Ayatolás en Terán. 

En sentido contrario, al 7 de octubre. La operación en el Líbano ha sido un ejercicio impresionante de inteligencia, información y ejecución. Desde los buscas y los walkies a los líderes terroristas, uno a uno. Y queda la reacción de Irán. Esos casi 200 misiles lanzados hace cinco noches contra Israel. Lo que pareció un ataque furibundo, resultó ser una chapuza ante las defensas israelíes. 181 misiles y ni un solo objetivo conseguido. Tercer actor, Arabia Saudí. Un régimen en el Saudí que hace un año estaba a punto de ratificar un histórico acuerdo con Tel Aviv. El Islam Suní, Arabia, Emiratos, Jordania, Marruecos, pactando con el Estado Hebreo. 

Un proceso que va a continuar, seguro, cuando termine esta guerra. Como continuará la auténtica guerra entre suníes y chiitas, desde que en nuestro año 632 muriera Mahoma. Y la causa palestina, con una autoridad palestina tan corrupta como inútil. Y un Hamas en la franja absolutamente dominante e infiltrado entre la población. Van los restos de Siria, un Irak imposible y unos hutíes en Yemen absolutamente como chotas. Claro, quedan los secuestrados. 253 rehenes de aquellos animales que hace un año quemaron vivos a cientos de israelíes. Violaron a mujeres y niñas, asesinaron a diestro y siniestro. Y se llevaron al infierno de sus túneles a 253 personas. Estas murieron poco a poco. Los menos fueron liberados y resta por saber el paradero de unas 100. Algunas fuentes hablan de que quedarían unos 60 con vida, pero vete tú a saber. Mientras tanto, nuestro mundo se divide entre la demagogia pro-palestina y el apoyo a Israel. Me pregunto, ¿Cuánto aguantaría en Irán una de nuestras feministas viviendo como una iraní? Ese apoyo a Israel cada vez más complicado de justificar. Y unos y otros a la espera de que pasen las elecciones de Estados Unidos. Este es el carajal. En fin, esta guerra se detendrá algún día, como todas, pero será mentira otra vez. Hasta que dentro de 5 o 10 años, algún actor de esta región del mundo vuelva a liar la parda. Qué cosas. Allí donde empezó todo. Galilea, Judea, Palestina, Belén, Jerusalén. Entre el Éufrates y el Tigris. Allí es donde la guerra no termina nunca. 

Ah, y mi postdata. Cambio radicalmente de tercio. Javier Lambán, expresidente socialista de Aragón. Mira, mi amigo José Luis Campos entrevistó a Lambán. Y hablaron, hablaron de todo... Hablamos de política y de políticos siempre para líos, problemas, ponerlos a caldo. Pero, mira, ahora quiero que sea al revés. Quiero destacar la dignidad, la fuerza de Javier Lambán, socialista. Ese carácter en lo personal, en lo político y en su valor frente al cáncer. En la última reunión del PSOE le vimos muy delgado, afectado, pero firme. Seguro que va a salir de esta. Porque como buen maño, Javier Lambán es terco, duro, valiente. Incluso saldrá mejor. Mira, gente así, aunque sea para discrepar, querido Javier, nos hace mucha falta.