"Ya que no hemos sido capaces de reaccionar a tiempo ante la bestia de Putin, quizás ahora nos demos cuenta de que el enemigo está en la frontera este"

El director de 'La Linterna' analiza la cumbre de Par´ís para hablar de la guerra en Ucrania y las consecuencias que está dejando hasta ahora

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A ver cómo intento explicarte el quilombo de Ucrania. La unión Trump-Putin, el papel de la Unión Europea, y todo ello con China de por medio en el escenario de Arabia Saudí. 

Menudo carajal, ¿eh? La cumbre de París nos está pillando de lleno en esta tarde. Te iremos contando a medida que vayamos sabiendo cosas, pero quedémonos con algunas de las cuestiones de fondo, porque este follón no ha hecho más que empezar.

Uno, seamos sinceros. ¿Quién está dispuesto a poner muertos encima de la mesa, a recibir ataúdes cubiertos con su bandera? Estados Unidos, ya he dicho que Verde las han segado, que bastante murieron en las dos guerras mundiales. ¿Putin? A Putin le da igual. Matar o mandar al matadero a medio millón de sus soldados que a otro medio millón, total.

Pero, ¿y a Macron, a Shultz, al polaco o a Pedro Sánchez? ¿Estamos la sociedad española dispuestos a defendernos en Ucrania? Mi opinión es que, tajantemente, no.

Dos, quizás sea una oportunidad para Europa. Y es que a la fuerza, ahorcan, ya lo hemos comentado en alguna ocasión. Ya que no hemos sido capaces de reaccionar a tiempo ante la bestia de Putin, quizás ahora nos demos cuenta de que el enemigo está en la frontera este. Oye, más vale tarde que nunca.

Tres, esto tiene una pinta muy complicada. No nos hagamos trampas en el solitario. Europa puede que esté en su peor momento desde hace 80 años. Por distintos elementos, ¿eh? Putin asoma la patita con un nuevo muro. Lo que no se sabe si lo pondrá a la altura de los países bálticos, a la altura de los escandinavos, Polonia o un cachito.

Trump ve a Europa como un competidor, no como un socio. Y Europa, inasequible al suicidio, nos echamos en manos de las ultraderechas más trumpistas y a la vez putinistas. Es lo que tiene.

Y cuatro, el carajal mundial. A ver cómo encajamos cada pieza del puzzle porque es de una paradoja... Trump va a salvar el culo a Nicolás Maduro. En Venezuela, sí, sí, Trump. Zapatero, Pablo Iglesias y el gobierno de España coinciden con Trump. En esto por lo menos.

Putin y Trump van de la mano en Ucrania. Sánchez estaría con Zelenski, pero otra vez ultraizquierda y ultraderecha coinciden a favor del propio Putin.

En Oriente Medio, Trump quiere montar un Marina d'or, un super resort a lo bestia en la franja, pero el gobierno de España es pro-Palestina. Y luego quedan sueltas las piezas de Marruecos, Israel, Arabia Saudí o las elecciones en Alemania. A ver quién reordena todo este tablero.

Y una última clave, absolutamente recomendable, la tercera de hoy en ABC. Se titula 'Defensa, gastar más y mejor'. Firma el exjefe de Estado Mayor de la Defensa, el almirante Fernando García Sánchez.

Es una reflexión muy oportuna sobre el debate en torno al incremento del gasto en defensa. No es cuestión solo de dinero, que también, es cuestión de cómo se gasta ese dinero y para qué.

Asistimos, pues, a ver si espabilamos de una puñetera vez, a un cambio de modelo, a un cambio de paradigma y no solo a una cantidad presupuestaria.

En fin, mi postdata. Perdón por bajar el nivel, pero es lo que toca. El mundo está como está y nosotros con lo nuestro. Atención, nuevo episodio de José Luis Ábalos y sus circunstancias.

Leo en El Debate, firma Alejandro Entrambasaguas. “José Luis Ábalos tiene a su nombre un chalet en Perú valorado en 1,2 millones de euros. La vivienda, que está cerrada, fue construida con subvenciones públicas destinadas a proyectos benéficos”. Toma ya, progresista y reformista, brazo derecho de Sánchez.

Bueno, el casoplón de Ábalos en Perú se encuentra en Chimbote, muy cerca de Isla Blanca, conocida por sus playas de arena blanca, sus aguas cristalinas. Tiene una superficie de 900 metros, en dos plantas. Según la nota simple obtenida por El Debate en la oficina registral de Chabín, la casa está inscrita con el número 33.440. Los dueños son el propio Ábalos y un empresario valenciano, Manuel Valls.

Este señor ya habría muerto, por lo que el titular al 100% es José. Se da la circunstancia de que nunca ha declarado la existencia del inmueble en ninguna de sus declaraciones de bienes al Congreso. Oye, es casualidad, seguro. Por cierto, esta semana Ábalos vuelve a estar citado en el Tribunal Supremo.

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