Ángel Expósito: "La clave es el pueblo ucraniano que, mientras caen bombazos, se pone a cantar el himno"

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Previsiones (malas) sobre la economía mundial; contraataque de Putin contra los civiles ucranianos; politiqueo patrio hasta el bochorno. Que si el Gobierno catalán, que si el Poder Judicial, medidas de ahorro energético, que a ti te van a contar. Así viene el día.

Así que yo me voy por la tangente y he encontrado otros tres ángulos para intentar escudriñar esta actualidad española y mundial tan compleja que nos han tocado vivir y pagar.

1.- Más allá del Fondo Monetario Internacional y de las mentiras de los Presupuestos Generales del estado, para mi, el dato del día: Las insolvencias empresariales suben un 90% en septiembre, el mayor repunte en diez años en relación al mismo mes del año pasado. Esto sí que es un termómetro de la economía real.

Un total de 718 insolvencias, alcanzándose una cifra acumulada en lo que va de año de más de 4.200 cierres. El mayor repunte de la década.

La crisis de suministros, la inflación y la incertidumbre han provocado cierres de empresas y, por lo tanto, pérdida de empleo. Hasta mayo de este año, (y ahí está la trampa, otra trampa contable del Gibierno) nos encontrábamos en una situación «anestesiada» en la presentación de concursos, con un caída acumulada anual del -7,3%. Sin embargo, a partir de junio esta tendencia ha cambiado hasta llegar a un aumento acumulado del 11 en septiembre.

Lo dicho, las insolvencias empresariales crecen un 90 por ciento en septiembre respecto al mismo período del año anterior, y lo que queda. Y si no, paséate por cualquier calle de tu pueblo o de tu ciudad y cuenta los locales cerrados y abandonados.

Ahora, a ese autónomo quebrado y hundido cuéntale la monserga de la clase media trabajadora y de los impuestos a los ricos. En fin.

2.- Sobre la guerra en Ucrania. Te sitúo: Estación del Metro en Kiev que sirve como refugio antiaéreo. Los civiles se amontonan. Muchas mujeres, ancianos, niños, algunas mascotas cuando, de pronto, se ponen a cantar.

Podemos intentar analizar la mente de la bestia, la estrategia de Putin y de los monstruos que le rodean. Podemos hacer cuentas y recortes sobre el precio del gas, de la luz y de la gasolina, pero la clave es ese pueblo ucraniano. Esa gente que, refugiada, mientras te caen bombazos a diestro y siniestro se pone a cantar el himno de Ucrania.

Sencillamente sobrecogedor.

Podemos analizar las tácticas, vaticinar el futuro, buscar analistas y expertos, pero no deberíamos olvidarnos de la gente. De esos civiles ucranianos. De esas mujeres tanto refugiadas fuera de su país como las que aguantan allí cantando. De esos niños del parque o bajo tierra. En el refugio antiaéreo.

y 3.- De vuelta a casa. ¿Alguien se fía de Pedro Sánchez? ¿Tu te fiarías? Feijóo y Pedro Sánchez han pactado que van a pactar el Poder Judicial. O algo así. No se sabe qué (o si, pero no nos lo cuentan) ni cuándo, ni cómo.

¿Tu te fiarías? Y no solo Feijóo. Yolanda Díaz, Pablo Iglesias, Otegui, Junqueras o Rufián ¿Se fían de Sánchez? Es más, Ursula Von der Leyen, Macron, Fernández Vara, García Page, el mismísimo Bolaños, hasta Marlaska. ¿Se fían del presidente del Gobierno?

Sánchez tiene un problema de empatía, de realidad, de engreimiento infinito, pero tiene otro problema mucho peor. Y es que nadie se fía de él. Y así, todo es imposible.

¡Ah! Y mi posdata. Te pongo en situación. El pasado domingo, Marlaska celebró el Día del Pilar, patrona de la Guardia Civil en León. Cuando el ministro había pasado revista a los agentes en formación y se dirigía a saludar a las autoridades antes de colocarse en el palco para presidir la ceremonia, los ciudadanos allí congregados comenzaron a pitar y a proferir gritos a su paso.

Segundos después, se leyó el siguiente mensaje por megafonía: “Se recuerda al público asistente la presencia de la bandera en formación. Se ruega que permanezcan en silencio como testimonio de respeto a nuestra bandera, a lo que representa y a la ceremonia que la Guardia Civil está celebrando en la ciudad de León”.

¿La bandera? ¿Los pitos eran contra la bandera de España o iban dirigidos a quien premia a los asesinos etarras? ¿Respeto a la bandera? ¿La bandera como excusa para no molestar a Marlaska?

Es más, cuando mañana, 12 de octubre, piten a Sánchez en la Castellana, ¿Qué dirán por megafonía? ¿Que no se pite al Rey?

No seré yo quien aplauda los abucheos a nadie, pero por favor, un poquito de respeto a la bandera y a todos. No solo a Marlaska y mañana, 12 de octubre, a Sánchez.